La personalidad de Jesucristo

 

El obispo de Segovia, Mons. Cesar Franco (Madrid 1948), especialista en exégesis del Nuevo Testamento, desarrolla en este trabajo un estudio exhaustivo de la personalidad humana y divina de Jesús extraída del Evangelio según San Juan.

Efectivamente, en el final del prólogo señala: “En su sentido más genuino, la resurrección saca a la luz la humanidad de Jesús y pone al descubierto la riqueza de su personalidad única. Lo más propio de Juan es que permite al lector entrar en el ámbito de la intimidad con Jesús con una percepción más viva y detallada de sus sentimientos y afectos que desea comunicar a los demás” (27).

Inmediatamente, Mons. Franco subrayará la importancia del testimonio de Juan el Bautista, del propio Señor y de su testigo fiel, el propio Juan, el discípulo amado: “Jesús hace una apología pro vita sua en un evangelio concebido precisamente como testimonio fidedigno” (37). Y, poco después, añadirá con fuerza: “Gracias a que son visibles y conocidas, las obras de Jesús se convierten en testigos irrefutables de su vida” (38). Para concluir: “El Padre da testimonio de Jesús, y el Espíritu habla de lo que Jesús ha dicho y hecho” (40).

Respecto a la identidad de Jesús no han pasado muchas páginas del evangelio de Juan para leer: “Yo salí de Dios y estoy aquí” (Io 8, 42). Pocos versículos después en plena discusión con los judíos señalará: “Antes de que Abraham existiera, Yo soy” (Io 8, 58). Enseguida, anota Juan que quisieron lapidarlo y salió del templo (Io, 8, 59).

La relación con Dios Padre es total: “enseña lo que enseña el Padre” (45). Por eso, cuando tiene lugar la pesca milagrosa. Juan exclamará con sencillez: “Es el Señor”. Ninguno le preguntará ¿Quién es? (Io 21, 12).

La referencia al drama divino y humano de Jesús tal y como lo describe el cuarto evangelio patentiza el deseo de Jesucristo de que el discípulo tome su cruz y le siga para llegar al cielo (51). Así pues, como en los autos sacramentales de Calderón “todo converge en la acción de Dios en el mundo, donde el hombre y Cristo son actores esenciales” (52). Enseguida añadirá: “La tensión crece a medida que el relato se acerca al momento culminante de la pasión” (57). Como profetiza Caifás: “Conviene que muera un solo hombre por el pueblo” (Io 18, 14).

Asimismo, el exhaustivo estudio de la crítica interna de Juan y las excavaciones arqueológicas han dado la razón a Juan frente a los detractores ilustrados que le acusaban de no conocer Palestina y Jerusalén (61).

Finalmente, hemos de mencionar el extraordinario capítulo sobre los milagros. Piedra capital del evangelio de Juan donde se apoyan muchos argumentos a favor de la divinidad de Jesucristo y donde se justifica su autoridad (75).

José Carlos Martín de la Hoz

Cesar Franco, La vida de Jesús según Juan, Encuentro, Madrid 2023, 274 pp.