La predicación de San Josemaría

 

La edición crítica-histórica preparada por Luis Cano y Francesc Castells del Instituto Histórico San Josemaría Escrivá de Balaguer de unos textos procedentes de la predicación literal de san Josemaría en los años sesenta y setenta (cerca de su fallecimiento) da pie a los editores a realizar, en la introducción, una aproximación al estudio de la predicación oral de san Josemaría.

Es interesante el comentario común de los primeros testigos en los años treinta que se recoge al comienzo de la introducción: "El modo singular, profundo y sencillo al mismo tiempo, y siempre incisivo, de tratar los temas clásicos de la vida cristiana. Ese enfoque particular les hacía muy atractivas sus enseñanzas"(7).

Enseguida, secaban el testimonio de Ricardo Fernández Vallespín, quien recordaba que en marzo de 1934, en la iglesia del Perpetuo Socorro de Madrid comenzaron los retiros mensuales de día entero con tres o cuatro meditaciones, de san Josemaría, en donde "se refería a temas de vida interior y a la santificación del trabajo (para estos chicos, del estudio), dirigido todo a aumentar el deseo de santidad"(7).

Y este otro recuerdo de Eduardo Alastrue, quien resumía el estilo de san Josemaría: "las palabras sonaban a auténticas, eran simplemente el vehículo de la idea. Y por eso mismo brillaban diáfanas, enérgicas, eficaces: se articulaban en una oratoria de una elocuencia sentida y natural, muchas veces vehemente y emotiva, con una emotividad nada sentimental porque provenía de la misma verdad, hondamente contemplada (…). Simplemente nos acercaba a las fuentes más verdaderas de la vida interior, con una invitación apremiante, como si dijera: «Gustad y ved»" (7-8).

Los autores del comentario anotan  que las meditaciones giraban alrededor de un núcleo de doctrina: "La llamada universal a la santidad, cada uno allí donde se encuentra, en su situación, con su trabajo, en su vida cotidiana" (8). Lo más interesante es que estos abundantes recuerdos son de los años treinta. Por tanto, quedaban muchos años para el Concilio Vaticano II y, desde luego, no era el estilo de la época, ni los temas de la predicación de ese momento. Así pues, Dios mismo estaba irrumpiendo en el camino de los hombres y aquella revolución silenciosa de la vida de contemplación en medio el mundo se propagará por toda la tierra.

En efecto, San Josemaría fue pionero de la santidad en medio del mundo a través del trabajo profesional, como recordará san Juan Pablo II en la beatificación el 17 de mayo de 1992. Todo comenzó en aquellas meditaciones en las que "procuraba llevar a sus oyentes hacia la oración mental, por vía de la meditación" (8). Y como se recoge en un testimonio del sacerdote y catedrático de historia, José Orlandis, el oyente: "era movido a dar respuestas personales y a tomar determinaciones generosas, capaces de comprometerle plenamente con el Señor" (15).

José Carlos Martín de la Hoz

Josemaría ESCRIVÁ DE BALAGUER, En diálogo con el Señor, textos de la predicación oral. Edición crítico-histórica preparad por Luis Cano y Francesc Castells, ed. Rialp, Madrid 2017, 460 pp.