La religión de la sumisión

 

El intelectual francés Rémi Brague (Paris 1947), profesor emérito de Filosofía medieval de la Universidad de la Sorbona, aprovecha este trabajo que ahora reseñamos, no sólo para verter todos sus conocimientos sobre el Islam, acumulados a lo largo de su vida intelectual, lecturas, viajes, conferencias, investigaciones, sino que, a la vez, busca dar su opinión acerca de los puntos conflictivos que genera el régimen de vida y creencias del Islam en la sociedad francesa.

Nuestro autor, como buen historiador, comienza preguntándose por el sentido de la revelación en el Islam, por la fijación del texto en el Corán, en definitiva, buscará realizar un diálogo ilustrado con el Islam, como habría sucedido si hubiera existido en Francia o en Inglaterra durante los primeros años del cartesianismo que produjeron una maduración en la fe católica y en su exposición, más ceñida a las relaciones fe y razón que fe y sentimiento (58).

Lo que más destaca el profesor Brague a lo largo de esta apasionante investigación, es el concepto de Dios que subyace en la religión del Islam: frente al sistema judío que muestra a Dios como creador del universo, o del cristianismo, donde Dios aparece en el Nuevo Testamento como un Padre misericordioso. En cambio.  el Islam aparece una y otra vez reflejado con toda crudeza como “la religión del sometimiento”: basta con ver la posición física que adoptan para rezar o la falta de confianza que manifiestan en los textos coránicos (191).

Lógicamente, este modo de plantear la relación personal del hombre con Dos y el sistema de oración, acompañará en estas páginas la descripción y los comentarios de nuestro autor, pues parece como si esta religión hubiera sido impuesta a la fuerza, con sangre y fuego, y ese comportamiento fuera sustancial con los auténticos textos coránicos y, sobre todo, con las aptitudes de algunos progresistas islámicos o terroristas que pretenden mostrar su fidelidad a Dios suicidándose de modo bárbaro en aras a exigir libertad para la tierra palestina o la expulsión de las ideas occidentales de sus tierras (203).

El capítulo décimo, dedicado a la “Yihad “(233-250), merece ser leído con todo detenimiento pues es verdaderamente realista y aleccionador, frente a otros autores que tienden a reducir la “yihad” a un esfuerzo interior de mejora, o incluso a la virtud de la fortaleza. Verdaderamente la yihad tal y como la concibe la mente de un musulmán religioso tiene que ver con los “derechos de Dios”, por tanto, debemos ser conscientes de que no cambiará ni se atenuará.

Finalmente, terminará por poner en sordina la aportación del Islam a la cultura europea, mediante la comprobación de las fuentes y la constatación de que los textos de la filosofía griega no solo llegaron a la nueva Europa de las naciones a través de la escuela de traductores de Toledo sino sobre todo de los archivos vaticanos y de las traducciones desde el imperio bizantino (271).

José Carlos Martín de la Hoz

Rémi Brague, Sobre el Islam, Encuentro, Madrid 2024, 374 pp.