La historia reciente de la Iglesia necesita, al igual que
la historia civil, perspectiva y documentos. A la vez, son muy importantes los guías
para adentrarse en el exceso de información y poder interpretarla. De ahí, que
los primeros resultados de esa investigación histórica, deban tomarse con
precaución, pues todavía faltan muchos de los elementos señalados.
Precisamente, en este marco, se sitúa el trabajo del
Cardenal Herranz, recientemente publicado. Se trata, en cierto modo, de un
libro de memorias, en el que se incluye una autobiografía, pero, sobre todo, es
una crónica de más de cuarenta años de la vida de la Iglesia, desde su corazón que
es Roma. Nada menos que cuatro, son los Pontificados reseñados en este trabajo:
Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.
Una de las grandes aportaciones de este trabajo, son los
apuntes acerca de la historia del Concilio Vaticano II, que ocupan el primer bloque
del libro (pp.26-87). Herranz aporta datos de primera mano, lo vivido
personalmente y lo que le narró el Cardenal Pericle Felici, primero Secretario de la Comisión Preparatoria Central del Concilio y, después, Secretario General del
Concilio.
En sus anotaciones sobre el Concilio, el autor, logra superar
los agrupamientos simplistas, que sirven para explicar hechos, pero que también
los deforman. Sus comentarios acerca de las relaciones entre el Concilio y la
prensa son muy interesantes. Se trataba del primer Concilio retransmitido en
directo: "Algunas tribunas periodísticas
a veces sólo se hacían eco de las posturas poco conformes con la fe, servían de
altavoz a determinados sectores tradicionalistas o contestatarios –así se decía
entonces, con dicotomía tan simple como engañosa- y, valoraban el Concilio únicamente
con categorías humanas. Cierto es que se desarrollaba como cualquier otra
asamblea, pues se aplicaba un reglamento y se aceptaban o rechazaban textos
según la ley de la mayoría, pero no era asamblea como los demás" (p.87).
El autor se detiene a explicitar la actuación de Pablo
VI, durante el Concilio Vaticano II: "El
Papa no es un simple notario del Concilio, tiene una responsabilidad ante Dios
y ante la historia" (p.65). Y subraya la clave de su actuación en la
profundización teológica sobre la naturaleza de la Iglesia: Primado y Colegialidad: "La
sabiduría divina guió a la Iglesia aún en medio de las discusiones teológicas
más encendidas y, quizás, mediante ellas" (p.69). Son clarificadoras, para
la historia, la génesis y alcance
teológico de la nota previa de Pablo VI a la Lumen Gentium (p.74)
El estilo del Cardenal Herranz es muy delicado, casi
diplomático, pero es que la historia de la Iglesia es una conjunción de la
gracia de Dios y de la libertad humana. Es muy fácil caer en la tentación de
las teorías conspiratorias; establecer grupos de
presión, bandos. Con eso se simplifica la historia, se hace manejable, pero es
sencillamente falsa. La historia de la Iglesia, es Historia y se hace con
documentos, pero también es Teología, y hay que narrar la intervención de Dios.
José Carlos Martín de la Hoz
Julián Herranz, En la afueras de Jericó, Rialp 2007
http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=5456