El catedrático de filosofía política de la Universidad del País Vasco, Daniel Innerarity, ha redactado un interesante ensayo acerca de los temas de nuestro tiempo, es decir, al alcance de cualquier inquietud de una persona culta de formación universitaria, como, por ejemplo el uso de internet y del internet del futuro, las redes sociales, las bibliotecas virtuales, la caducidad del libro en papel y, más en concreto, el grave problema de nuestro tiempo que, según él, radica en el exceso de conocimiento y de datos que resulta imposible de digerir.
Efectivamente, el ensayo que ahora presentamos se denomina la sociedad del desconocimiento pues el hombre se encuentra ante un cúmulo tal de información y de datos que no puede procesar e integrar debidamente y que termina por vivir en el desconocimiento de la mayoría de las cosas con las que se relaciona (25).
Efectivamente, conocer en profundidad es imposible y solo se llega a lo absolutamente imprescindible y el resto vivimos en la confianza de las personas con las que nos rodeamos y compartimos el trabajo, las amistades, las relaciones sociales (35).
En realidad, por tanto, no se tratará de un ensayo de filosofía política ni de política actual sino de un ensayo de filosofía corriente para ayudarnos a entendernos y a comprender lo que nos pasa a nosotros y a los demás (43).
Hay que reconocer que el profesor Innerarity resulta más positivo en este ensayo que en otros que le han procedido y refleja una visión más optimista de la realidad cotidiana en la que nos movemos. Eso sí, sigue siendo un trabajo muy culto lleno de abundantes referencias bibliográficas como puede observarse a lo largo del texto y están recogidas en la selecta bibliografía recogida (71).
El libro es muy adecuado para los profesionales de la comunicación y de la información pues resuelve muchas claves para potenciar la vida democrática en el contexto de relativismo y de falta de convicciones en el que nos movemos en la actualidad y con el desenmascaramiento de los populismos y partidocracias (100).
Dentro de los capítulos finales acerca de la filosofía cultural merecen la pena leerse con atención las páginas a la conectividad rápida, total y radicalmente exigente (133), que arrastra a nuestros pensadores al deseo del derecho a la pausa (185) y al deseo urgente de estar ilocalizable (187).
Un libro, por tanto, que merece la pena ser leído pues los comentarios son agudos y están llenos de interés y, además, aporta ideas y soluciones. Es una pena que no haya ninguna referencia a una visión trascendente o alguna mención a la religión, que habría abierto también luces a los lectores.
José Carlos Martín de la Hoz
Daniel Innerarity, La sociedad del desconocimiento, Galaxia Gutenberg, Barcelona 2024, 251 pp.