El catedrático de Filosofía contemporánea de la Universidad de Barcelona, Josep María Esquirol, nos ofrece en este breve ensayo una interesante exposición llena de lentitud y de sentido a la que denominará la “escuela del alma”, es decir un recorrido que va “de la forma de educar a la manera de vivir”.
El trabajo está basado en la educación en la escuela, en la familia y en la vida, asuntos que requieren serenidad y sosiego de alma para vivir y aprender a vivir, es decir vivir de ilusiones y de sueños, de estudio, convivencia y deseos de ir a más siempre en el aprendizaje.
El momento culminante de este trabajo es la aproximación a la cuestión de la confianza, asunto capital para poder construir una sociedad equilibrada, armónica, solidaria y abierta a la trascendencia (48).
La figura de la confianza es planteada desde el ángulo del maestro y del discípulo, o de la madre y el hijo. Indudablemente, todo se basa en la confianza: el maestro cuenta con la confianza y el discípulo confía en el maestro. Así el Maestro contagia y encomienda al alumno: “su presencia es una palanca hacia el mundo” (49).
Inmediatamente, abordará la cuestión de la “autoridad moral del maestro: su ascendiente” que es compatible con respetar la libertad y evitar todo rasgo de autoritarismo que degeneraría la relación. Enseguida, nos dirá que “la obediencia reposa en un discernimiento previo” (50).
De hecho, el verdadero maestro, el que tiene autoridad y poder lo usará para hacer crecer a los alumnos: “los fenómenos de la autoridad y de la autoría se sitúan de lleno en la capacidad humana de generar” (51).
Finalmente, es de notar como “el maestro se dirige a sus alumnos, a todos y cada uno de ellos. Nos mira a todos y a cada uno de nosotros. Incluso nos llama por nuestro nombre. (…). Y, en un momento u otro, le dice lo mismo a cada uno, pero no de la misma manera. (…). Cada uno es alguien, y ¡alguien capaz!” (51).
Son también enriquecedoras de la educación de la contemplación a la que deberían acceder todos los hombres pues “hay personas contemplativas que respiran y hacen respirar y dejan respirar. Pero la contemplación está acotada, responde a un aspecto esencial del mundo” (132).
Finalmente, la dedicación a la libertad recorre las páginas de este interesante ensayo. Precisamente, el don de la libertad que enriquece al alma del hombre y le hace ser merecedora de dar gloria a Dios, culminará en la expresión: “la libertad más auténtica es la libertad de la entrega” (134).
José Carlos Martín de la Hoz
Josep María Esquirol, La escuela del alma. De la forma de educar a la manera de vivir, Acantilado, Barcelona 2024, 188 pp.