Dentro de los trabajos que está editando RBA acerca de la
guerra civil española, se encuentra el ensayo del Prof. Salgado de la Universidad de
Barcelona, acerca de la violencia anticlerical durante la persecución religiosa
en ese período.
El autor busca ahondar en las causas profundas de la
extraordinaria violencia que se desató través de la bibliografía existente y de
muchos relatos recogidos mediante
historia oral de muchos de los protagonistas. No le resulta fácil al
Prof. Salgado llegar a unas conclusiones nítidas, pero sí desenmascara con acierto
algunos juicios superficiales que se han vertido sobre la materia. De hecho
descarta la versión más imperante al respecto: "La cuestión de la violencia
contra el clero desatada a raíz del levantamiento militar de julio de 1936 es
la más compleja, sin duda. Lo que parece evidente es que la explicación de la
masacre en términos de reacción contra la complicidad con los sublevados no
puede satisfacer un razonamiento exigente" (p.42).
En muchos momentos del trabajo, se apunta más bien a que al
ser fruto de una explosión de desconfianza, las causas son más sentimentales y
pasionales que racionales, y, en gran parte, fruto de una siembra de
anticlericalismo desde el siglo XIX, que terminó por atizar el odio de las
masas. En esa línea recuerda el juicio de los anarquistas de la época: "las
derechas españolas son incompatibles con cualquier forma de legalidad
democrática o con toda suerte de convivencia humana, porque son católicos"
(p.42). O la afirmación de que "La Iglesia venía a encarnar
todo el entramado social anterior que debía ser destruido" (p.127).
El desarrollo del trabajo resulta excesivamente prolijo
en detalles, fruto de una extensa investigación y de la recogida de muchos testimonios
orales que abundan y sobeabundan quizás el trabajo.
Se hecha en falta, quizás por salir del objetivo y método
sociológico que se ha marcado el autor, la opinión de los propios mártires y de
los pensadores cristianos. En concreto, falta un análisis de la práctica de las
virtudes cristianas y de la teología católica del martirio. En ese sentido la
conclusión de que a un fanatismo religioso se le opuso un fanatismo
antirreligioso, resulta una mirada un tanto superficial (p.66). Lo mismo se puede afirmar del mundo de
las blasfemias (p.99), los errores de la Iglesia en la formación a sus fieles (p.182).
Son interesantes los análisis acerca de los juicios
sumarios (p.97) y de los posibles ajustes de cuentas (p.109) entre unos y otros
y, finalmente, del tópico de la
España cristiana (p.194).
La única referencia al Opus Dei, resulta un poco
críptica: "La necesidad de abolir la religiosidad católica, tan insistentemente
mostrada compartiendo su sustancia obsoleta con la de los "pueblos atrasados",
y con ella la legislación social que inscribía en el orden de lo sobrenatural,
era una tarea inaplazable, dada su absoluta incompatibilidad con el nuevo orden
civilizatorio proyectado –mucho antes de que el Opus
Dei fuera capaz de demostrar otra cosa-. Esta convicción tenía en el anarquismo
espontaneísta una dimensión ejecutiva en especial
eficaz, pero otras modalidades de reformismo la compartían con identica beligerancia" (p.126).
José Carlos Martín de la Hoz
Manuel SALGADO, La ira sagrada.
Anticlericalismo, iconoclastia y antirritualismo
en la España
contemporánea, ed. RBA, Barcelona 2012, 282 pp.