Libertad y política

 

Verdaderamente, a lo largo del siglo XX los auténticos filósofos y pensadores, como significados buscadores de la verdad, estuvieron muy atentos en la vigilancia de la libertad.

Precisamente, la filósofa judía alemana Hannah Arednt (1906-1975), fue discípula aventajada de los grandes pensadores de su tiempo en las universidades de Marburgo, Friburgo y Heidelberg, donde trabajó y estudió con los grandes del momento: Heidegger, Bultmann, Husserl, y Jaspers.

A ella nos vamos a referir seguidamente pues ediciones “Página indómita” ha reeditado una célebre conferencia de Hannah Arednt, dictada en Zúrich el 22 de mayo de 1958 y publicada muchas veces desde entonces.

El tema de la célebre conferencia era “libertad y política” y estaba enmarcada en el periodo de la guerra fría en Europa, cuando la filósofa vivía exiliada en Nueva York, tras haber sido traicionada por Heidegger y expulsada por el régimen nacional socialista al que había apoyado el filósofo del ser.

La dura experiencia de la cruel segunda guerra mundial y la terrible lucha de las ideologías totalitarias que estuvieron a punto de destruir el mundo civilizado, estará latente en todo el discurso como una música de fondo que aflora aquí y allá en la argumentación: “Nuestras experiencias más recientes con las dictaduras totalitarias me parecen adecuadas para confirmar nuevamente esas antiguas experiencias de lo político” (21).

Indudablemente si no hay libertad, no hay política y, ahora diríamos, que si no hay democracia no hay verdadera política, en su verdadera acepción de política, es decir, como el arte de los posible y, en este caso de lo verdaderamente posible: “lo real y demostrable es que la libertad y política coinciden y se relacionan la una con la otra como las dos caras de una moneda” (17).

Enseguida nos recordará el duro camino hasta llegar a la libertad en la democracia, un camino que pasa por Montesquieu y su dura oposición a Hobbes y a Spinoza. Incluso añadirá que el primero había equiparado “libertad política y seguridad” (19).

Resulta particularmente novedoso en la historiografía sobre la libertad en el ejercicio de la función pública del término coraje usada por la autora, al menos con el brío y la fuerza con lo que lo trata nuestra filósofa: “El coraje libera a los hombre y lo hace en aras de la libertad en el mundo; dicho coraje es requerido porque, en política, la principal preocupación nunca radica en la vida misma sino siempre en un mundo que, de una forma u otra, nos sobrevivirá a todos” (31).

José Carlos Martín de la Hoz

Hannah Arednt, Libertad y política. Una conferencia, ediciones Pagina indómita, Barcelona 2023, 83 pp