Libres como un taxi

27 Nov, 2006por acabrero

Antes se podía oír, en un

ambiente un tanto bucólico, que uno deseaba ser libre como un pájaro. La imagen

nos lleva a pensar en una libertad infinita, una capacidad de movimientos

total, una posibilidad de elección ilimitada. Una vez leí lo que decía un

filósofo: Algunos creen ser libres y no tienen más libertad que la del taxi,

que se define como libre cuando está vacío y no sabe donde va.

La verdad es que no hay

gran diferencia entre la libertad del pájaro y la del taxi. El pájaro,

ciertamente, es dirigido por el instinto hacia el sustento. La imagen poética

poco tiene que ver con la realidad existencial del ave, que sin duda no puede

elegir nada. Y la del taxi es parecida: el taxista va buscando cliente, si no

se muere de hambre. Al final es lo mismo. Con la diferencia que el taxista

puede dejar de buscar, y pasar hambre, y el pájaro no lo deja. Y con la

diferencia que el taxista puede dejar de ser taxista, pero el pájaro no. A pesar

de todo a uno le apetecería más verse libre como un pájaro que como un taxi

libre. Esta imagen da una idea un poco triste de lo que supone vagar por la

vida sin sentido. Y vacío. Al fin y al cabo del pájaro no podemos esperar más,

pero para un hombre que conduce un coche deseamos que sea feliz, y parece que el

eterno esperar que alguien me necesite puedes ser un poco terrible.

Confundir libertad con

pura elección es la mayor falta de talento y clarividencia que pueda

encontrarse. El hombre elige para no seguir eligiendo. Si el taxista dejar de

serlo es, o porque se jubila, y entonces cumplió ya su cometido, o porque ha

fracasado. O porque se ha hartado de vagar. En la vida hay pocas posibilidades

de elección, y cuando elegimos desearíamos no tener que volver a elegir. Lo que

más desea el hombre es triunfar en su elección. La perseverancia es plenitud. La

fidelidad es felicidad.

Si un hombre o una mujer

se casan es porque han hecho una elección. Y en el momento en que expresan su

compromiso se dicen, formalmente y no a la ligera, ante numerosos testigos,

"prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad". Por lo

tanto, si un día el compromiso se incumple sabrán que han malogrado sus vidas. Y

no sería muy correcto hablar luego de rehacer la vida. Es su fracaso

fundamental.

Uno es libre para elegir,

pero a continuación es libre para alimentar su elección. Y si eligió ser

médico, no tiene sentido que después de veinte años de práctica decida que va a

elegir de nuevo. Todo puede ocurrir en la vida, pero para todo el mundo es una frustración.

Nuestra vida tiene un

sentido. Cuando lo encontramos debemos seguirlo con decisión, poniendo todos

los medios, con libertad, para seguir por el camino que nos conduce a la

plenitud. Cada cambio de sentido es una ruptura. Y vivir sin sentido es

imposible. ¿Hay alguien que pueda vivir sin una profesión o sin una familia? ¿Hay

alguien que pueda vivir sin un sentido trascendente? Los que lo intentan viven

tristes. No hay más que fijarse en los que niegan todo lo de después de la

muerte para ver que están abatidos. Más o menos tristes que quienes fracasan,

pero tristes.

La felicidad está en poner

todo el empeño por seguir el sentido de la vida. A través de una familia. A

través de una profesión. Buscando la única plenitud posible, que es la posesión

de Dios. Goethe decía que la libertad, como la vida,

sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días. Sólo quien lucha cada día

contra la esclavitud es verdaderamente libre. ¿Pero sabemos descubrir las

esclavitudes?