El Pontificado de san Juan Pablo II ha sido el pontificado en donde se han beatificado y canonizado más beatos y santos que en toda la historia de la Iglesia junta. Así mismo, el siglo XX ha sido el siglo donde más mártires ha habido de toda la historia de la Iglesia junta. Por tanto, el siglo XX ha sido el siglo donde el Espíritu Santo ha suscitado más milagros que en toda la historia de la Iglesia junta.
Quizás estos hechos se deban a que ha sido el siglo más escéptico de la historia. Santos, mártires y milagros, quiere decir que el siglo XXI será un siglo de una gran fecundidad y de una gran creatividad.
La reciente edición del trabajo de colaboración entre un buen número de profesores de historia, teología y derecho canónico, acerca de algunos de los grandes interrogantes que marcaron el siglo XX, que me ha cabido el gozo de coordinar, me parece una buena oportunidad para hablar, en primer lugar, de la interdisciplinaridad de las ciencias y más las humanísticas, pues la suma de ángulos de visón favorece la hondura del pensamiento.
Verdaderamente, destacaría la aportación de don Mariano Fazio, catedrático de historia de las ideas de la Universidad de la Santa Cruz de Roma, en las primeras páginas de este trabajo, pues sus consideraciones nos indican que realmente las ideas contemporáneas que fecundaron el siglo fueron fuerzas reales de la libertad de los protagonistas del siglo XX, no son entelequias o juegos de palabras, sino verdaderos toques de la acción con sus fallos y aciertos.
La llegada del modernismo en los albores del siglo con la férrea reacción magisterial de san Pio X, mediante la Encíclica “Pascendi” el Decreto “Lamentabili”, frenó en seco un fenómeno histórico, teológico y político que hubiera llevado al desquiciamiento de la teología católica como ya había banalizado el pensamiento de muchos teólogos protestantes.
Es más, la primera reacción dio paso a la “novelle theolgiae” y a la búsqueda de las fuentes; los Padres y la Escritura junto al movimiento litúrgico, de modo que la teología que se suscitó y sustentó el Concilio Vaticano II y los Pontificados de san Juan Pablo II y Benedicto XVI culminaron en la aplicación del rico tesoro del Concilio y el pontificado del papa Francisco con una teología renovada y misionera, con una caridad renovada y vibrante
Así mismo, los problemas del mal uso de la libertad han conllevado oscuridades, defecciones y actuaciones desafortunadas por parte de algunos que muestran el rostro deformado de la Iglesia, como el caso de las víctimas de los abusos y el uso de la violencia de algunos “en nombre de Dios”. En cualquier caso la Iglesia sigue mostrando el rostro y la bondad de Cristo y su mensaje de salvación para los hombres de todos los tiempos. La Iglesia del diálogo permanente con el mundo llevará a Cristo hasta el último roncón de la tierra.
José Carlos Martín de la Hoz
José Carlos Martín de la Hoz, Los grandes interrogantes del siglo XX, ediciones Letragrande, Madrid 2022, 180 pp.