El ensayista y profesor de filosofía de la Universidad de Barcelona Edgar Strehle, después de estudiar detenidamente los movimientos revolucionarios del pasado reciente en la cultura occidental ha recogido en el trabajo que ahora presentamos algunas claves comunes a todos ellos.
Se trata de un libro que busca ser sincero desde sus primeras páginas donde quedan claras unas cuantas claras: toda revolución tiene una larga tradición (22) aunque todavía muchos la entiendan en clave rupturista (123) y la revolución siempre honra a sus propios muertos, es decir tiene su propia memoria reivindicativa frente a la versión oficial (30). Asimismo, resulta de un gran interés lo que denomina “democratización de la memoria y eso implica una lucha por hacer de ella una institución auténticamente plural e inclusiva” (52). En cualquier caso, nuestro autor dejará claro que la revolución francesa sigue produciendo nuevas revoluciones pues su fuerza transformadora sigue latente (198).
Es interesante que nuestro autor efectúe un repaso de las opiniones de los grandes revolucionarios que ha habido en la historia, comenzando desde Marx hasta los lideres de nuestra revolución actuales. Los trae a colación para denigrarlos por sus duros ataques a la tradición: “los sedicentes herederos de la revolución no son más que una caricatura de sus predecesores” (60).
Así mismo, vuelve al pensamiento de Marx para preguntarse por los muertos y por el recuerdo de los muertos que toda revolución deja tras de sí, pero, en este caso, encontrará una dura réplica al corazón: “Las revoluciones proletarias en contraste con las burguesas se critican a sí mismas sin cesar y se vuelven sobre aquello que parecía concluido para comenzarlo de nuevo” (64).
En opinión de Walter Benjamin uno de los principales fracasos de la revolución bolchevique fue no interceptar el nacimiento del nazismo y de los fascismos en general y eso se debería a que “la fe en el progreso había conducido a que la socialdemocracia no fuese capaz de comprender la emergencia de los fascismos y a que, por estar convencida de que la historia nadaba de forma inexorable a su favor, no supiera cómo enfrentarse con éxito a este” (69).
Es significativa la extensa referencia a la guerra de los campesinos en Alemania durante el siglo XVI que llevaría a la persecución contra los anabaptistas por parte de las autoridades civiles y religiosas protestantes. También recordará la cruel inquisición desatada contra ellos por el propio Lutero que llegó a pedir la muerte Thomas Müntzer y los demás cabecillas del levantamiento. Es interesante que se haya discutido, para este hecho, el término revolución (96). Como contraste recordará las duras críticas de Burke a la revolución francesa por considerarla excesiva (105).
José Carlos Martín de la Hoz
Edgar Strehle, Los pasados de la revolución. Los múltiples caminos de la memoria revolucionaria, Akal, Madrid 2024, 527 pp.