Hace años, en
vida de la Madre Teresa, publicaba un periódico británico de bastante buena
reputación que la Madre Teresa estaba involucrada en operaciones de tráfico
de armas en países del tercer mundo. Como la fama de santidad era universal,
las acusaciones duraron un suspiro. De nuevo la prensa, tan ignorante como
siempre, nos sobresaltó hace pocos meses con la "noticia" de que unos
documentos privados revelaban la "falta de fe" de la Madre Teresa.
Como suele
suceder con las cosas que se leen en la prensa referidas a la Fe, cualquier
parecido con la realidad es pura coincidencia. En esto veo dos razones: una
primera es la maledicencia de muchos periodistas, deseosos de encontrar
escándalos en la Iglesia; la segunda es la diferencia de lenguajes y de modos
de expresión de la vida interior y el lenguaje contemporáneo que ignora los
contenidos de la ascética, de la mística y de la teología.
El libro Ven,
sé mi Luz que ha publicado Planeta recientemente es una biografía
espiritual de la Madre Teresa a través de los documentos, mayoritariamente
cartas, que se conservan en los archivos de la Congregación por ella fundada.
Efectivamente hay una descripción pormenorizada de la vida interior de la futura
santa de Calcuta, sus duros momentos de lucha interior, de falta de "gusto" y
de sentimiento interiores. Eso no tiene nada que ver con la falta de fe. Precisamente,
como queda bien patente a lo largo de todo el libro, es la Fe la que la ayuda a
perseverar en esos momentos en los que Cristo parece estar más alejado. Llama
la atención la poderosísima fuerza interior de Madre Teresa, su capacidad de
seguir adelante a pesar de verse inútil para la misión encomendada, el ansia de
unirse a Cristo en la Cruz. La oscuridad y la falta de luz le llevan a meditar
los momentos de soledad de Jesús en la Cruz y de ahí, de esa identificación con
Cristo, sacará la fuerza para seguir adelante.
Muy, muy lejos
del pretendido escándalo periodístico está este libro, que bien podría llegar a
convertirse en un clásico de la espiritualidad. Nadie encontrará en él
aventuras de monjas entre los pobres, ni descripción de las gestiones de la
Congregación para establecerse en los barrios pobres, ni referencias a las
reuniones de alto nivel que mantenía Madre Teresa por todo el mundo. Eso, que
es lo importante para muchos, queda relegado a la aventura espiritual de una
monja que supo obedecer a Dios hasta la extenuación.
Carlos Segade
Profesor del
Centro Universitario Villanueva