El arzobispo emérito Bruno Forte (Nápoles 1949), es indudablemente uno de los grandes teólogos de nuestro tiempo y en plena madurez intelectual ha decidido reeditar y retocar una de sus obras maestras, es decir, la dedicada a estudiar y presentar un verdadero manual sobre la mediación de María Santísima, Madre de la Iglesia como la ha denominado el Concilio Vaticano II.
Indudablemente, en las páginas que ahora deseamos reseñar el mejor teólogo de nuestro tiempo ha reunido sabiduría, piedad, arte, belleza expositiva y una riquísima tradición escrituristica y patrística. Lógicamente, el libro no está lleno de ideas innovadoras sino de la riqueza y patrimonio escrituristico, patrístico, magisterial y de la historia más importantes teólogos de la Iglesia Católica.
Precisamente, fue san Juan Pablo II quien intentó el primer y más urgente diálogo ecuménico reciente, es decir, con la comunidad ortodoxa del Oriente, verdaderamente hermanos separados, pues si no fuera por un problema de desconfianza arrastrado desde tiempos de la caída de Constantinopla ya deberíamos estar unidos aunque hubiera variedad de carismas y de tradiciones litúrgica pero en la unidad en el credo niceno constantinopolitano.
Sigue siendo conmovedor, a día de hoy, releer los decretos “pro armenios, pro jacobitas, pro graeci”, del Concilio de Basilea, Ferrera y Florencia del siglo XV cuando se alcanzó la unión.
Lógicamente, el libro está constantemente marcado por la distinción del todo y la parte, típica de los años ochenta, que fueron los años de las distensiones, como ahora son los verdaderos tiempos de la integración. El misterio de la mariología no oscurece, ni de lejos, al misterio de la cristología, pues la Virgen es la Madre de Dios, pero también la esclava del Señor (10).
Enseguida nos hablará de la Madre de la Iglesia como corredentora no solo al pie de la cruz sino en la propia obra de la redención que Cristo llevaba a cabo en la salvación de cada uno de los cristianos. Siempre es complementariedad con su hijo el Salvador de todas las almas (33).
Hay que reconoce que el teólogo Bruno Forte siempre lleno de matices y de interesantes precisiones teológicas, en este manual de mariología no desaprovecha la oportunidad de recuperar el tono poético que le caracteriza en sus grandes obras para denominar a María al más alto nivel.
Efectivamente, cuando comenta la conocida expresión “Ad Iesum per Mariam”, donde se resume la mediación maternal de María, afirmará con gran viveza: “Ella es la belleza que salvará al mundo” (44).
José Carlos Martín de la Hoz
Bruno Forte, María, La mujer icono del misterio, ediciones Sígueme, Salamanca 2015, 286 pp.