Los sucesos de Canossa en 1074
entre el emperador Enrique IV y el Papa Gregorio VII, constituyen el nervio
central de este ensayo histórico, vendidos por miles en estos primeros meses
del año. La lucha por las investiduras, es decir, el esfuerzo del papado para
lograr recuperar la libertad para los nombramientos episcopales, liberándolos
de toda injerencia de los gobernantes civiles, es el tema central de este
trabajo.
La interpretación que aporta el Prof. Holland
de esos hechos, la denomina la primera revolución papal de la historia. La tesis la
resume en la introducción: "No es que Gregorio hubiera pretendido ni por asomo
expulsar a Dios de toda dimensión de los asuntos de la humanidad, sino que las
revoluciones tienen, invariablemente, consecuencias imprevistas. Cuando la
Iglesia, a partir de la segunda mitad del siglo XI, se propuso reafirmar su
independencia de la injerencia externa estableciendo sus propias leyes,
burocracia y rentas, los reyes, en respuesta se vieron impulsados a seguir su
ejemplo (…). De un modo similar se sentaron las bases del Estado moderno, bases
sumamente desvinculadas de cualquier dimensión religiosa" (p.22).
A
continuación, vienen más de quinientas páginas con las que pretende fundamentar
el momento en que la Iglesia logra la separación con el Estado. El trabajo
resultante es prolijo y, en ocasiones, tedioso, y no termina de lograr lo que
pretende. Entre otros motivos, porque el autor no logra captar en profundidad
el sentido de la oración cristiana, capaz no sólo de logar cambios sustanciales
en la persona del cristiano, sino también capaz de iluminar la sociedad en la
que vive. Muchas veces se ha dicho que los grandes revolucionarios han sido los
santos. Este es la faceta que se le escapa al prof. Holland, como se muestra en rápida visión de la renovación espiritual
suscitada en Cluny a finales del siglo X (pp. 205 y ss).
El autor hace un buen estudio minimizador
del ambiente milenarista y apocalíptico del fin del mundo en el año 1000, y
muestra la escasa importancia que tuvo
así como la nula conmoción mundial. Así lo resume Holland:
"Este libro trata sobre todo de cómo la expectativa de que se iba a acabar el
mundo llevó a un nuevo principio: visto desde nuestra propia perspectiva, el
camino hacia la modernidad se extiende claramente desde el primer Milenio en
adelante, marcado por abruptos cambios y giros, sin duda, pero no dividido por
ninguna catástrofe total como la que separa el año 1000 de la Antigüedad" (p.29).
José Carlos Martín de la Hoz
Madrid, 1 de junio de
2010 Tom HOLLAND, Milenio. El
origen del mundo y el origen del cristianismo, ed. Plantea, Barcelona 2010,
548 pp.