¿Nada nuevo bajo el sol?

 

Chéri, la novela de Colette (Sidonie-Gabrielle Colette, 1873-1954) que se acaba de publicar en Acantilado, está bien escrita, el ambiente de la Belle Époque, los abundantes diálogos, con toques ingeniosos, la psicología de los protagonistas reflejan un buen conocimiento de aquellos años en París y su entorno, así como dominio de los recursos literarios, para que el relato no sea anodino y se mantenga cierta tensión hasta el final. Sin embargo, el trasfondo es del todo desalentador: la frivolidad, el vacío existencial, la superficialidad, el chismorreo, el individualismo hedonista de unas personas ociosas, la incapacidad para el compromiso, con las penosas consecuencias que trae consigo… Aunque se intente disfrazar esas conductas con el lujo y un tono de aparente exquisitez, lo que subyace son enormes carencias tanto culturales como morales.

Por una parte, el ambiente de la narración puede parecer muy lejano y el relato como una reliquia que cabe leer por curiosidad. Sin embargo, no deja de tener concomitancias con la época actual, quizá con la diferencia de que lo que, a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, estaba más bien restringido a determinadas esferas sociales, hoy se ha generalizado y se manifiesta en el consumismo, en el individualismo, en la dificultad para reflexionar sobre las grandes cuestiones y para asumir los compromisos que determinan los motivos para vivir; y en la obsesión por el cuidado de la imagen, en el miedo a envejecer, en el activismo para huir del aburrimiento o de pararse a pensar un poco. En este sentido, la novela de Colette da que pensar.

Luis Ramoneda

Sidonie-Gabrielle Colette. Chéri, Acantilado 2018