El célebre profesor Álvaro d’Ors (1915-2004) catedrático de Derecho Romano en la Universidad de Granada (1943-1945) Santiago de Compostela (1945-1961) y después de la Universidad de Navarra (1961-2004), donde impulsó la Facultad de derecho y alentó las demás Facultades humanísticas que están en el origen del alma mater universitaria, reflexionó muchas veces a lo largo de su vida sobre el quehacer universitario.
Es interesante volver a releer ahora, pasado más de cuarenta años, sus dos volúmenes recopilatorios, en los que se recogen papeles, artículos, conferencias, comunicaciones, publicaciones de alta investigación, entrevistas en revistas de impacto, todo ello acerca de la tarea de la universidad.
En primer lugar, esos volúmenes muestran un interés que no decae por estudiar el quehacer de su tiempo y cómo la universidad se hace en cada etapa de la historia, con las vidas e investigaciones y docencia de sus grandes catedráticos y sus gestores universitarios, pero también de los problemas culturales que aportan los universitarios a las aulas.
En este caso, la gran mayoría de la vida universitaria de Álvaro d’Ors transcurrió durante el franquismo; primero en Santiago con la posguerra alargada y el pensamiento único de la practicidad y la vuelta a los ideales de los Reyes Católicos. Posteriormente, en el tardo franquismo y luego, en la transición política, en la Universidad de Navarra En realidad. la Universidad de esa época puede ser estudiada de modo completo en los papeles del segundo y último volumen que ahora presentamos.
En segundo lugar, el más importante, es el análisis del hacerse universitario; el estudio, la biblioteca, la reflexión universitaria, los amplios horizontes, la capacidad de amar la verdad y el deseo de prepararse para construir un mundo mejor, más libre, más humano, más abierto al diálogo.
Si hay algo que reflejan los papeles de Álvaro d’Ors es la trascendencia, Para él hablar del quehacer universitario es hablar con Dios sobre el mundo, el hombre y la naturaleza. La perspectiva de la mente del creador al habernos dotado del amor a la verdad y a la sabiduría, nos habla de no parar, de tener una sana curiosidad, de no estudiar a saltos, sino hasta el fondo, para siempre.
Particularmente interesante me ha parecido el parangón de estudiar derecho como quien estudia inglés. Se trata de conocer una lengua para poder leer, conocer, expresarse, hacerse entender en ella y llegar a la verdad en inglés. Del mismo modo estudiar derecho es conocer a fondo la ciencia, las fuentes, las expresiones para poder leer esa ciencia, compartir los conocimientos con otros juristas, llegar a la verdad contenida en es ciencia. La ventaja que refleja esa imagen es que en inglés hay que lanzarse a hablarlo, agradecer ser corregido, esforzase, no estancarse, no dejarlo nunca para que no se oxide, siempre se puede ir a más. Del mismo modo, se podría aplicar esta idea a cualquier estudio universitario que se desee: siempre hasta el fondo.
José Carlos Martin de la Hoz
Álvaro d´Ors, Nuevos papeles del oficio universitario, Rialp, Madrid 1980, 495 pp.