Desde 1950 en que C. S. Lewis y Anthony Flew, se enfrentaron en Inglaterra en un apasionante debate acerca de la existencia de Dios, han sido mucho los encuentros en celebrados en diversas ciudades del mundo al más alto nivel. La pena es que no se habían recogido en España las intrincadas y apasionantes argumentaciones.
Fue precisamente hace cinco años cuando todo cambió en España con la publicación del interesante documento de Anthony Flew “Dios existe”, editado por Trotta, en el que el antiguo jefe de los ateos por cincuenta años, exponía en un breve trabajo los argumentos por los que no creía en Dios para pasar después a desarrollar los argumentos por los que había pasado a creer en Dios.
En estos últimos años se han editado en España otros muchos trabajos tanto de teología, como de la existencia de Dios. Bienvenidos los segundos, pues durante años solo existían los primeros, como se puede observar en las librerías importantes de Madrid.
Presentamos ahora el trabajo de David Jou (Sitges, Barcelona 1953), catedrático de física de la Universidad Autónoma de Barcelona, un físico y escritor catalán que se ha quedado asombrado ante la creación del mundo: el mundo material, el universo, la conciencia y Dios. Pero, sobre todo, ha captado la “sorpresa de la Razón divina” tan increíble, tan sorprendente y embaucadora que será el hilo conductor de este interesante trabajo.
El libro, por tanto, no se limita a realizar una fría y racional exposición de argumentos filosóficos, físicos, científicos, acerca de la existencia de Dios, es decir, un fundamentado tratado de cosmología física, con toda la apoyatura de la razón y de la ciencia.
Se trata, sobre todo, de encontrar pistas en la revelación y en la teología, acerca de la razón divina para captarlas, descubrirlas y quedarse sorprendido por ellas. Es decir, hacer un tratado de cosmología teológica que pueda ayudar al hombre de fe a gozar de la mente de Dios y de su corazón: el científico con fe, nos dirá, “ve a Dios como fundamento de la existencia y de la racionalidad del mundo, del dinamismo de la materia, de la evolución de la vida, de la emergencia de la conciencia y hacer ciencia le parece un ejercicio de exploración e iluminación de la acción creadora de Dios” (15).
La argumentación del trabajo será esencialmente científica, aunque, lógicamente, dotada de cierto calor, pues la fe, como explicó el papa Francisco es exceso de luz, pues Dios nos sobrepasa en sus acciones. Por eso nuestro autor añade a la importancia de la materia y la energía el concepto de información adoptado recientemente como científico y que le dará mucho juego al mundo de las relaciones (16).
José Carlos Martín de la Hoz
David Jou, Pensar la creación. La sorpresa de la Razón divina, ediciones Aldaba, Barcelona 2024, 264 pp.