Pico della Mirandola

 

Entre los grandes filósofos que ocupan el espacio comprendido desde el final de la Edad Media a comienzos de la Edad Moderna, se sitúa indudablemente, al conde italiano Pico della Mirandola (1463-1494) quien, a pesar de haber muerto desgraciadamente muy joven, dejó ya una importante obra impresa y, sobre todo, un estilo nuevo, un aire fresco, tanto a la hora de presentar las cuestiones filosóficas y, en general, humanísticas que abordó, como al modo de resolverlas.

Como será habitual a lo largo de todo el amplio espacio del Renacimiento, los grandes artistas de la palabra se relacionaban y convivían con los que se dedicaban al cultivo del arte y, por tanto, con los artistas en la mayoría de sus más variadas y complejas expresiones; poesía, teatro, pintura, música, danza, escultura, arquitectura,

De hecho, la señal del renacimiento es la expansión y el cultivo del buen gusto en amplias capas de la sociedad y en ciudades enteras, puesto que el brillante estilo triunfó claramente en lugares como Florencia, Roma, Venecia, París, Milán, Londres, Amberes, etc., desde donde imperó a otros muchos puntos de la cultura occidental en el denominado humanismo cristiano, que llenó Europa de ferias, de mecenas y de categoría y elegancia.

La referencia inmediata del profesor Goñi a las relaciones entre al Papa Alejandro VI y Pico della Mirandola, está indudablemente obligada por el origen de la corte más importante del renacimiento, aunque adornada por la leyenda y el respeto y admiración mutuas y, en cierto modo, obligada pues el epicentro del Humanismo renacentista estuvo en esa época en Roma y Florencia. De todas formas, el profesor Goñi podría haber completado el carácter del pontífice. Efectivamente, el papa Borgia pasará a la historia como la debilidad humana que buscaba la conversión, pero que, al mismo tiempo, nunca rebajó ni la moral y la doctrina salvadora de Cristo, aunque necesitara frecuentemente acudir a la misericordia divina (16-19).

Indudablemente, para el profesor Carlos Goñi, autor de esta magnífica y cuidada biografía intelectual y humana de Pico della Mirandola, se trataba de presentar de un modo nuevo una figura central y muchas veces relegada, por tanto, faro y punto de referencia obligado para entender el espíritu de hombres de la talla de Leonardo da Vinci o Tomás Moro (28).

Es decir, nos subraya sobradamente en Pico un hombre que llevó la filosofía a una vibrante búsqueda de la sabiduría (114) y de la dialéctica, separada lógicamente de la teología, aunque, por supuesto deseara vivir y fallecer sinceramente, como hombre cristiano y sometido a la doctrina y al juicio de la Iglesia (23).

Son muy importantes para la historia del pensamiento, las magistrales páginas del profesor Goñi, donde marcará la distancia de Pico della Mirandola con el dominico Savonarola, con quien compartía el afán de veracidad y coherencia de fe y vida, pero que les distanciaba enormemente la violencia y vehemente seguridad del exagerado profeta que fallecerá quemado en Florencia (124, 226).

José Carlos Martín de la Hoz

Carlos Goñi Zubieta, Pico della Mirandola, ediciones Arpa, Barcelona 2020, 206 pp.