El viernes 14 de diciembre por la mañana, se celebró, en el salón de actos de la Biblioteca Nacional, el acto de proclamación y entrega de la septuagésima segunda edición del Premio Adonáis de Poesía, presidido por los seis miembros del jurado: Carmelo Guillén Acosta, Aurora Luque, Joaquín Benito de Lucas, Eloy Sánchez Rosillo, Julio Martínez Mesanza y Enrique García-Máiquez. Ana Santos Aramburu, directora de la Biblioteca, dio la bienvenida a los asistentes, con palabras sinceras y cordiales y con especial mención al empeño de Ediciones Rialp por dar continuidad al premio a lo largo de tantos años. El profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Rafael Morales Barba –hijo del poeta talavereño Rafael Morales, autor de Poemas del toro, primer libro de la Colección Adonáis– disertó, como invitado de honor, sobre la importancia del premio y de la colección para la historia de la poesía española desde principios de los años cuarenta del siglo pasado hasta nuestros días.
Se entregó a continuación un diploma a los siete finalistas de este año y cada uno o su representante leyó un poema del texto presentado al premio. Se llegó al momento más emocionante del acto, cuando Carmelo Guillén Acosta, presidente del jurado y actual director de la Colección Adonáis de Poesía, pasó a leer el acta del jurado y se desveló el nombre de los dos accésits (José Alcaraz, de Cartagena, por El mar en las cenizas; y Guillermo Marco, madrileño, por Otras nubes) y finalmente el de la ganadora, Marcela Duque, colombiana de Medellín, que no pudo acudir al acto, por estar en Estados Unidos cursando estudios de doctorado en Filosofía. Se leyó otro poema de cada texto premiado. Una amiga de la ganadora recogió la preciada estatuilla del gran escultor salmantino Venancio Blanco, recientemente fallecido. Cerró la sesión el presidente del jurado, que agradeció a la Biblioteca Nacional que un año más haya acogido este acto, así como la presencia de los asistentes y de algunos medios de comunicación.
Fue un gran evento para la poesía, que se completó por la tarde con la lectura de poemas en una tasca del barrio de Malasaña, con intervenciones tanto de los finalistas como de algunos miembros del jurado. Habrá que esperar unos meses –en cuanto se editen en la Colección Adonáis–, para poder leer y valorar los tres poemarios galardonados.
Luis Ramoneda