Primer premio del Certamen de Relato Breve de C.U. Villanueva 2017

 

Bendito maldito escalón

-¡Maldición! Cuando subo me tropiezo, como cada vez que entro y salgo del portal, con el mismo escalón de mármol que sigue a la puerta. Lleva ahí más tiempo que yo, pero sigue siendo un extraño, culpable de un fractura de brazo, desorganización de apuntes y momentos de vergüenza integral. Todavía no sé quién fue el que tuvo la brillante idea de ponerlo ahí, donde nadie lo ve.

Se oye el crujido de la puerta del primero y mi corazón se acelera. Bajo corriendo al portal y salgo a la calle, entrando de nuevo con aire despreocupado. Ahí está ella. No puedo ni mirarla, y me olvido de cómo se actúa normal. Hago ademán de sujetarle la puerta para que pase, y ella acelera su paso.

Con las prisas, olvida el odiado peldaño. La caída es épica. Me apresuro a ayudarla y me regala una sonrisa. Hablamos. Quedamos a tomar un café. A cenar, al teatro. A conocer a sus padres, a los míos; a discutir en el Louvre y bailar bajo las estrellas. Quedamos y viene de blanco, y sonrío lleno de orgullo. Primera ecografía. Martín no, mejor Julián, como su padre. Primeros pasos. No, la quiero, pero mi trabajo también es importante. Sí, en Berlín, con jardín incluido…

-Bueno, ya nos veremos, ¡y gracias por la puerta!

Me sonríe sonrojada y sale del portal, pero ya está hecho.

Sólo falta decidir si Berlín o Copenhague.

Ante ustedes, me quito el sombrero. Bendito maldito escalón.

 

Pilar Aviñó de Pablo (2º de Psicología).