Pablo d’Ors se ha constituido en los últimos años en un consumado maestro de la vida de meditación y reflexión, eso sí situado, por el momento, en el nivel anterior y aproximativo a la vida de oración personal con Jesucristo cuyo techo nunca se llegará a alcanzar pues cada autor al narrar su experiencia de vida mística lo que hace es compartir un don de Dios.
Efectivamente, desde su primer trabajo sobre la “biografía del silencio”, del que ha vendido millones de ejemplares y del que se ha hecho mundialmente famoso tanto por escrito como en videos de youtube, en el que describía experiencias de vida espiritual previas a la conversación a la oración personal, como caminos preparatorios, D’Ors se ha constituido en un maestro.
Algunos le han criticado, seguramente por envidia, que apenas cite a Jesucristo, pero es que está en el nivel anterior de enseñar a recogerse interiormente. Efectivamente, desconcierta que un sacerdote católico no hable de Jesucristo en el nivel básico de la meditación, pero, indudablemente, tiene su razón de ser.
Como tal maestro, va paulatinamente avanzando en los niveles de recogimiento interior, serenidad de alma, no para llegar como los budistas a la nada sino para llevarlos, con el Espíritu Santo, al festín de la amistad con Jesucristo que ha narrado en otros libros posteriores.
Lo mismo sucede en este libro donde Pablo d’Ors se sitúa con otros autores para narrar experiencias muy variadas y distintas. Por ejemplo, la suya al describir a Thomas Jalics como maestro de oración contemplativa nos describe una experiencia apasionante y muy enriquecedora.
Asimismo, La descripción de los sueños puede ser interesante para alguien que está comenzando y todavía necesita encontrar la verdad del mundo espiritual y su aparición en los sueños del ser humano.
En cambio, la descripción de las obras completas del maestro Echkart es sencillamente magnífica y, sobre todo, la narración de la audacia del maestro para dirigirse en un mercado al pueblo soberano y hablarles de vida mística y lanzarlos a la oración de unión en el centro del alma.
El fruto de la nada, como él mismo explica consiste en vaciarse para llenarse. De hecho, algunos han creído encontrar restos de panteísmo en este autor, cuando sencillamente se trata de una llamada enérgica a la humildad y al enamoramiento tal y como supieron captar Enrique Suson y tantos autores de la Escuela Renano-Flamenca de espiritualidad que terminarían por llegar, a través de Francisco de Osuna y su “tercer abecedario” a la mística castellana del siglo XVI.
José Carlos Martín de la Hoz
Pablo D’Ors y otros, Sabiduría perenne. 8 miradas hacia la contemplación, ediciones Singlatana, Barcelona 2024, 246 pp.