Signos de puntuación

 

Acertar con la puntuación no es tarea fácil, entre otras razones, porque las normas son más flexibles que las de acentuación, por poner un ejemplo. En la puntuación, interviene más la subjetividad, por lo menos en algunas ocasiones. El punto final es obligatorio, pero elegir en un enunciado entre punto y seguido, coma o punto y coma es otro cantar. Sin embargo, acertar para que se entienda bien lo que realmente queremos expresar es imprescindible. Valga como muestra el ejemplo siguiente:

Francisco Bernardo de Quirós fue un dramaturgo del Siglo de Oro, conocido sobre todo como entremesista, aunque es autor también de algunas comedias, la mayoría de tono burlesco. En La luna de la Sagra: vida y muerte de Santa Juana de la Cruz –obra escrita para promover la canonización de esta religiosa, sobre la que también escribió Tirso de Molina–, se apropia de unos versos de La Arcadia de Lope de Vega, introduce algunos cambios y ofrece un texto con un significado completamente distinto según sea la entonación, si se representa; o la puntuación, en edición impresa.

El texto se refiere a los celos de Loarte, un personaje secundario de la comedia, y permite dos interpretaciones contrapuestas:

            A favor de Loarte:

            No hay que esperar, Loarte de mi vida

            otro gusto mayor, que aborrecerte

            mi alma es imposible, y a quererte

            la firme voluntad está rendida.

            En contra de Loarte:

            No hay que esperar, Loarte, de mi vida

            otro gusto mayor que aborrecerte

            mi alma; es imposible ya quererte:

            la firme voluntad está rendida.

Dicen que las prisas son malas consejeras, qué importante es la revisión concienzuda de un texto antes de ofrecerlo a los lectores.

Luis Ramoneda