El profesor de la Universidad de Comillas José Manuel Aparicio Malo ha realizado un exhaustivo trabajo a lo largo de la Sagrada Escritura y de los principales padres de la Iglesia para fundamentar un concepto totalmente nuevo: “la teología de la movilidad humana”.
Indudablemente ya en el siglo XVI tuvo lugar un intenso debate entre Domingo de Soto, Enrique VIII, Luis Vives, Tomás Moro y muchos más humanistas de la época y de diversos campos. Todos reconocían el derecho a emigrar y, por tanto, a viajar por el mundo entero bien como turista o como emigrante para proporcionar un futuro a su familia (266).
Enseguida nuestro autor, nos recuerda toda la amplia doctrina del papa Francisco, perteneciente a una familia de emigrantes y, por tanto, que tiene esta cuestión muy metida en el corazón.
Finalmente, nos recuerda que España hasta bien entrada los ochenta era un país de emigrantes que traían en forma de divisas desarrollo a la España rural y poco industrializada. Posteriormente, nos hemos incorporado a la democracia, al estado del bienestar y el efecto llamada hizo que seamos un país con muchos emigrantes y con el 11% del PIB proveniente del turismo.
Indudablemente, lo más interesante de este trabajo es la actualizada bibliografía y las numerosas citas de la Sagrada Escritura, Tradición, Magisterio re4ciente y textos de los grandes teólogos y canonistas: “indudablemente hemos sido siempre una Iglesia peregrina” (180) y, añadiríamos una sociedad emigrante.
Es interesante, como se detiene este autor en los textos célebres de san Juan Crisóstomo para vivir la caridad con los pobres y necesitados: “esa túnica que te sobra en el armario no es tuya es de un pobre” (211). Asimismo, se detendrá a estudiar el nacimiento de los hospitales (213).
En el estudio de las migraciones y del cuidado de los esclavos fueron determinantes tanto el descubrimiento de América, como de las rutas comerciales de Portugal y Holanda con África y los países asiáticos (247).
Precisamente, la dignidad de la persona humana que fue la clave de la escuela de Salamanca, y volverá a serlo, lógicamente, tanto en la Constitución “Gaudium et spes” del Concilio Vaticano II y por supuesto de toda la teología de la movilidad humana que desarrollará este trabajo (295).
No podíamos terminar sin una cita explícita del Papa Francisco pronunciada en el 2017: “La gestión de la movilidad humana requiere una acción intergubernamental coordinada y sistemática de acuerdo con las normas internacionales existentes, e impregnada de amor e inteligencia”.
José Carlos Martín de la Hoz
José Manuel Aparicio Malo, Teología de la movilidad humana. De la hospitalidad al derecho a no tener que emigrar. BAC, Madrid 2024, 453 pp.