Tiempos de oscuridad

 

D. Ernesto Juliá (Ferrol, 1941), sacerdote, escritor y ensayista, es uno de los mejores autores en lengua castellana de nuestro tiempo, como lo fue su hermano, el célebre historiador Santos Juliá especialista en la historia de la transición española. En la obra que ahora presentamos, se adentra en el género literario más difícil: la historia de la espiritualidad.

Ha tomado, por sorprendente y atrevido que parezca, el hilo conductor de los momentos de oscuridad y de “verdadera noche del alma” que padeció san Josemaría Escrivá de Balaguer, como tantos santos y místicos a lo largo de la historia de la Iglesia Católica.

Era necesario que alguien se aproximara a la vida de san Josemaría desde ese ángulo y lo hiciera precisamente en estos momentos de la historia, en los que ya están desapareciendo los testigos de visu. Por tanto, ya solo podía intentarlo él, por formación, por capacidad de escribir y por conocimiento directo de las fuentes y del alma del fundador del Opus Dei.

Evidentemente, ha tardado en hacerlo pues era muy importante subrayar que san Josemaría es el “santo de lo ordinario” y, por tanto, proteger su figura de los farsantes que pretenden escribir la vida de los santos contando solo hechos extraordinarios que son dones de Dios y que terminan por alejarles como modelos y, en el fondo, como intercesores del pueblo cristiano.

Gracias a haber dedicado casi cincuenta años a difundir la fama de santidad y de favores del “santo de lo ordinario” como le llamaba san Juan Pablo II, por el mundo entero y a todo tipo de personas y de espiritualidades, podemos proponerle ahora como modelo de “santo de la puerta de al lado” como le llama el papa Francisco.

Ahora bien, todos los que hemos tenido la oportunidad de conocer a san Josemaría y todos los que han tratado a quienes le conocimos, tienen derecho a leer lo que ha dejado por escrito el fundador del opus Dei sobre los momentos difíciles de su vida espiritual y lo que había narrado a sus íntimos acerca de las gracias que recibió y de los momentos de oscuridad por los que atravesó. Sencillamente, si hemos sido llamados a la vida contemplativa, como él, necesitaremos tenerle como modelo de “contemplativo itinerante” con los dones recibidos de Dios y con la gracia para superar las crisis.

En definitiva, don Ernesto Juliá reúne todos los textos y todos los recuerdos que ha podido encontrar en los archivos de la Prelatura y en los libros escritos por el fundador y en su enorme epistolario para prepararnos un sencillo y bastante completo argumentario sobre cómo podemos imitarle en la lucha por la fidelidad en la vida mística, con sus alegrías y sus purificaciones. Vale la pena leer este trabajo.

José Carlos Martín de la Hoz

Ernesto Juliá, La vida de san Josemaría bajo el signo de la cruz. Tiempos de prueba, Ediciones Cristiandad, Madrid 2024, 376 pp.