“Siempre alegres, siempre contentos, para hacer la vida feliz a los demás”. Así se llamaba un programa juvenil e infantil que editaba Televisión española en los años sesenta y que iluminó la vida de muchos jóvenes de toda una generación.
También, la figura de Carlo Accutis pasará a la historia como la de un joven que tomó desde pequeño el hilo de la conversación con Dios y llegó a la intimidad con Él con tal intensidad y naturalidad que marchó a la casa del padre para seguir eternamente disfrutando de Dios.
Es interesante que el santo padre Francisco escribiera el 19 de marzo de 2018 una Exhortación apostólica, “Gaudete et exultate” acerca de la santidad canonizable y canonizada animando a todos los cristianos a acudir a Dios a través de los santos.
Recientemente, el Santo Padre, con motivo del año jubilar acaba de proponer a todo el pueblo cristiano que el día de la dedicación de san Juan de Letrán, el 9 de noviembre de 2025, se celebre en todas las diócesis un acto de recuerdo y agradecimiento por todos los beatos, santos, venerables y Siervos de Dios en proceso de canonización, de modo que valoremos en cada Iglesia particular los modelos e intercesores que tenemos en todo el mundo.
Precisamente, el Papa Francisco pidió al Espíritu Santo que enviara santos de la puerta de al lado, santos de barrio, santos de proximidad, de modo que los cristianos corrientes tengamos modelos muy cercanos, normales, a quienes nos sea fácil acudir para pedir a Dios por su intercesión por sus necesidades materiales y espirituales.
Este es el caso de Carlo Accutis, un joven feliz que llegó a la santidad hablando con Dios con toda naturalidad de las cosas ordinarias de un adolescente de 15 años que tenía una tabla, que entraba en internet, con amigos y amigas, que buscaba quedarse un rato con un pobre para escucharle y ayudarle con algo, o que solucionaba problemas a sus amigos o que buscaba bajarse música en internet o una peli.
Nació en Londres en 1991 mientras sus padres trabajaban allí en un laboratorio especializado y falleció en Monza en Italia a los 15 años de una leucemia fulgurante, que ofreció a Dios su vida desde el primer momento.
Su cuerpo, embalsamado, muestra a un joven con su tabla, despeinado, divertido y juvenil. Lo importante es que sus virtudes heroicas fueron probadas enseguida y la beatificación tuvo lugar en Ars, donde está enterrado en la basílica de san Francisco, en 2020. Su canonización está anunciada el 21 de abril de 2025 coincidiendo con el jubileo de los niños en Roma.
La intimidad con Jesús, el amor a sus padres y hermanos, a sus amigos y a los necesitados y a cualquiera con el que se cruzara lo ha convertido en el santo de la sonrisa ingenua y sencilla, un joven invisible que pasó por el mundo sin hacer ruido ni nada extraordinario pero que es para nosotros modelo de oración de complicidad y de intimidad con Nuestro Señor Jesucristo y, por supuesto, con su madre Santísima, la “Madona”.
José Carlos Martín de la Hoz