El día 13 de mayo, el Santo Padre Benedicto XVI,
continuando con la tradición mariana de los Pontífices anteriores, viajará al
Santuario de Nuestra Señora de Fátima. Se trata de una visita significativa.
Como es sabido, son pocos los viajes que realiza el Papa. Su avanzada edad no
le permite viajar tanto como su predecesor. De ahí que cada acción pastoral del
Santo Padre contenga un mensaje al mundo.
En esta ocasión se trata de poner de actualidad el perenne
mensaje de la Virgen a los tres pastorcillos en las cercanías de Leiria una
pequeña localidad de Portugal. El 13 de mayo de 1917 la Virgen se apareció a
tres humildes pastores: Lúcia, Francisco y Jacinta en
la Cova de Iría. La aparición tuvo lugar ocho días
después de que el Papa Bemedicto XV decidiera añadir
a las letanías del Santo Rosario la invocación "Regina Pacis",
para pedir a la Virgen
Reina de la Paz por la paz en el mundo.
La Virgen en Fátima pidió a los pastorcillos que rezaran el
Santo Rosario, que ofrecieran sacrificios y que rogaran por la conversión del
mundo y, especialmente, de Rusia. Por tanto fue una llamada al impulso de la
devoción al Corazón Inmaculado de María.
Aquellos niños orientaron su vida como un servicio a la Virgen. Fueron
buenos transmisores, a pesar de su corta edad, de la llamada al desagravio y la
reparación por los pecados de los hombres y a la necesidad de rezar el Santo
Rosario. Fátima quedará unida para siempre al rezo del Santo Rosario. Así lo
pidió expresamente la
Virgen. De ahí que Juan Pablo II publicara, el 16 de octubre
de 2002, una Carta Apostólica titulada "Rosarium Virginis Mariae", sobre el rezo
del Santo Rosario. Una oración que conjuga la meditación de los grandes
misterios de la fe mientras se desgranan oraciones sencillas a la Madre de
Dios.
Pasaron muchos años hasta que Juan Pablo II consagró el
mundo entero solemnemente, como había pedido la Virgen, en la plaza de San
Pedro delante de la imagen peregrina de Fátima, fue el 25 marzo de 1984. Poco
tiempo después llegó la caída del muro de Berlín.
Que fuera Juan Pablo II quien la hiciera tuvo su
importancia pues el Papa sufrió un atentado el 13 de mayo de 1981. Precisamente
en la corona de la Virgen que se custodia en la Capelinha
de Fátima está la bala que milagrosamente no tocó los órganos vitales del
pontífice, y aunque sufrió indeciblemente, logró salvar su vida
El 13 de mayo de 2000 fueron beatificados Francisco y
Jacinta por Juan Pablo II en Fátima. Sor Lúcia
falleció con fama de santidad el 13 de febrero de 2005 en el Carmelo de Santa
Teresa de Coimbra.
Han pasado muchos años y la necesidad de desagraviar y
reparar sigue viva. El mensaje de rezar el santo Rosario, también.
José Carlos Martín de la Hoz
Manuel Fernando SOUSA E SILVA, Los pastorcitos
de Fátima, ed. Homolegens, Madrid 2008, 415 pp.