El autor califica el libro como la historia de un choque de trenes entre los Borbón y las familias Ortiz y Rocasolano. Se trata de una exageración difícil de compartir. Los Borbón son la Casa Real española con la que Ortiz y Rocasolano se han relacionado incidentalmente a causa de la boda de Dª Letizia con el heredero de la Corona de España. Según manifiesta el autor él fue durante un tiempo confidente y asesor legal de su prima Letizia. Una vez casada con el Príncipe de Asturias Dª Letizia intentará reúnir a su alrededor a su familia -madre, hermanas y primo-; no obstante, siempre según el autor, las exigencias que comporta emparentar con la familia real son excesivas para la gente corriente. Protocolo, rigidez en el trato y sobre todo la necesidad de evitar cualquier publicidad desfavorable, terminan alejando a la Princesa de su familia. Cuando muere Erika, hermana de Dª Letizia, su esposo culpará a la familia real por ello. De algún modo nos recuerda el caso de la Princesa Diana de Gales, privada injustamente de su intimidad por el acoso de la prensa "del higado". De hecho la princesa Diana es citada varias veces a lo largo del libro.
David Rocasolano reconoce que Letizia está profundamente enamorada de su esposo, pero le reprocha haber asumido demasiado pronto el estilo "mayestático" de la Familia Real. En el libro queda claro que la Princesa de Asturias tenía un miedo muy grande a que de su familia se derivara una publicidad negativa para su esposo y la Corona. El autor relata como, en una cena el día anterior a la boda principesca, el abuelo Paco Rocasolano, antiguo taxista anti-monárquico, después de tomar unos vinos, sacó a bailar a duquesas y princesas reales. El episodio termina cuando Letizia, enfadada, envía a los abuelos de vuelta a su casa. Para David Rocasolano los únicos normales en la familia real son la Reina Doña Sofía y el Príncipe, hoy S.M. el rey Felipe VI.
El libro tiene interés y se lee con facilidad. Otra cosa es que no sea justo ni moral que el autor revele cuestiones íntimas que le han sido confiadas como abogado y en el ámbito familiar. Desde el punto de vista ético y profesional el asunto "no tiene un pase". Dice el refrán que "nadie es grande para su ayuda de cámara", de la misma manera podríamos decir que "nadie es grande para su primo carnal", sobre todo cuando la familia está rota, una ha ascendido hasta el rango de Reina de España y el otro es una abogado, según manifiesta él mismo, investigado por blanqueo de capitales.
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El autor califica el libro
El autor califica el libro como la historia de un choque de trenes entre los Borbón y las familias Ortiz y Rocasolano. Se trata de una exageración difícil de compartir. Los Borbón son la Casa Real española con la que Ortiz y Rocasolano se han relacionado incidentalmente a causa de la boda de Dª Letizia con el heredero de la Corona de España. Según manifiesta el autor él fue durante un tiempo confidente y asesor legal de su prima Letizia. Una vez casada con el Príncipe de Asturias Dª Letizia intentará reúnir a su alrededor a su familia -madre, hermanas y primo-; no obstante, siempre según el autor, las exigencias que comporta emparentar con la familia real son excesivas para la gente corriente. Protocolo, rigidez en el trato y sobre todo la necesidad de evitar cualquier publicidad desfavorable, terminan alejando a la Princesa de su familia. Cuando muere Erika, hermana de Dª Letizia, su esposo culpará a la familia real por ello. De algún modo nos recuerda el caso de la Princesa Diana de Gales, privada injustamente de su intimidad por el acoso de la prensa "del higado". De hecho la princesa Diana es citada varias veces a lo largo del libro.
David Rocasolano reconoce que Letizia está profundamente enamorada de su esposo, pero le reprocha haber asumido demasiado pronto el estilo "mayestático" de la Familia Real. En el libro queda claro que la Princesa de Asturias tenía un miedo muy grande a que de su familia se derivara una publicidad negativa para su esposo y la Corona. El autor relata como, en una cena el día anterior a la boda principesca, el abuelo Paco Rocasolano, antiguo taxista anti-monárquico, después de tomar unos vinos, sacó a bailar a duquesas y princesas reales. El episodio termina cuando Letizia, enfadada, envía a los abuelos de vuelta a su casa. Para David Rocasolano los únicos normales en la familia real son la Reina Doña Sofía y el Príncipe, hoy S.M. el rey Felipe VI.
El libro tiene interés y se lee con facilidad. Otra cosa es que no sea justo ni moral que el autor revele cuestiones íntimas que le han sido confiadas como abogado y en el ámbito familiar. Desde el punto de vista ético y profesional el asunto "no tiene un pase". Dice el refrán que "nadie es grande para su ayuda de cámara", de la misma manera podríamos decir que "nadie es grande para su primo carnal", sobre todo cuando la familia está rota, una ha ascendido hasta el rango de Reina de España y el otro es una abogado, según manifiesta él mismo, investigado por blanqueo de capitales.