A los que habéis leído El valor divino de lo humano vuelve a escribirnos su autor, ahora con un poco más de coraje, para que no os durmáis. Hay que salir a la calle y decir muchas cosas al mundo. Que nadie se quede en casa. Estos próximos años van a ser muy bonitos, muy difíciles. Habrá mucha lucha y... cansancio. Pero todo terminará bien. ¿Lo sabías? Si hay tropezones, no te asustes. Para eso está Dios. Lo digo por tí y por mí: ¡Ahora comienzo!.