Asesinato en el corazón de Jerusalén

Comenzó a escribir por diversión y ahora se ha convertido en una de las escritoras del crimen con mayor reconocimiento y éxito internacional. A través de los ojos del detective Michel Ohayon, el superintendente protagonista de sus novelas, Batya Gur nos muestra la realidad de un país, Israel, y una sociedad, en continuo conflicto interno, sin ningún tipo de tapujos e ideas preconcebidas.

La “dama del crimen de Israel”, como así la llaman, doctorada en Literatura hebrea por la Universidad de Jerusalén, y que fue profesora durante más de veinte años, ha conseguido que sus novelas policíacas se conviertan en auténticos best-sellers en Europa, Japón y Estados Unidos.

En esta ocasión nos trae una novela pasional donde la acción transcurre en un barrio de Jerusalén. El cadáver de una joven con la cara destrozada encontrado en un desván de una casa situada en la carretera de Belén, en el barrio de Baqah, es el nuevo caso al que se tiene que enfrentar el detective Ohayon en “Asesinato en el corazón de Jerusalén”. El superintendente, un hombre solitario, atractivo y culto, acaba de comprarse una nueva casa en este barrio y, cuando se dirige a verla, es reclamado en el lugar del crimen. Allí le esperan un amor del pasado y un romance que nunca llegó a terminarse.

Ediciones

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2004 Siruela
380
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“Asesinato en el corazón de Jerusalén”, al igual que otras de sus novelas policíacas como “El asesinato del sábado por la mañana” o “Asesinato en el kibbutz”, entre otras, vuelve a atrapar la atención del lector tanto por la trama del libro como por el retrato de la sociedad israelí, llena de problemas, políticos y sociales.

El libro nuevamente se convierte en una crítica sutil, expresada con ironía, de esta sociedad llena de odio y de la falsedad de sus gobernantes; de la violencia de la vida cotidiana de un barrio y de la pérdida de valores, propiciada posiblemente por la ocupación de los territorios palestinos, cuyo resultado es la corrupción. Además, el asesino, como siempre, es una persona que vive dentro de un ambiente cerrado, a veces hasta reprimido, y que está en continuo conflicto moral.

A modo del detective Maigret de Simenon, Ohayon va descubriendo poco a poco lo que se oculta tras la realidad evidente, pero de una forma menos sobria y más romántica, como ha comentado la propia autora.

Como en sus libros anteriores, Batya Gur presenta en este libro una investigación criminal compleja y cautivadora, que nos adentra en un mundo cerrado y con leyes propias.