Carta de una desconocida

Procuro leer todos los años algún libro de Stefan Zweig. O varios. No es algo difícil, pues, a pesar de su temprana muerte, este prolífico autor ha dejado un legado extraordinario, traducido en su mayor parte a otros idiomas. Junto a las obras de mayor envergadura, en las que vierte con clarividencia su visión de un comienzo de siglo nefasto, mis preferidas son las novelas breves, o cuentos. En todas ellas, Zweig hace gala de un conocimiento profundo del alma humana, especialmente de la femenina. Sus personajes son, además, capaces de reflejar con una gran elocuencia su estado de ánimo, sus pasiones, sus anhelos y sus miedos, y las novelas tienen siempre la duración correcta, sea cual sea la trama, a veces incluso inexistente.
La Carta de una desconocida es esencialmente lo que indica el título. El comienzo, aparentemente un artificio retórico, es más que ello, pues encierra el núcleo trágico de la narración. Un famoso escritor retorna a Viena el día que cumple 41 años, y encuentra una carta de unas 20 páginas sin remite ni firma. En esta misiva, una mujer sin nombre que, así se sugiere, acaba de quitarse la vida, le revela los recuerdos y sentimientos de una vida consagrada en su totalidad al amor de su vida, el escritor mismo, quien ni siquiera es capaz de recordar su rostro ni su persona. Las palabras de la autora de la carta y el amor que refleja cada una de sus frases pueden parecer a primera vista ingenuas sensiblerías, pero no lo son. La postura de fondo, llevada al límite por la autora de la carta, es la de una entrega sin condiciones al objeto de su único amor, a pesar de las dificultades objetivas, de la incomprensión del entorno y de la indiferencia, más que el rechazo, de su adorado, al que ella sigue deseando todo lo mejor.

Un relato impresionante y pienso que comendable pese al tenor negativo, el desenlace fatídico y la reacción de desesperación que lleva a la remitente de la carta a enfrentarse a Dios por no haber propiciado la realización de su amor. 

Una persona sin sentido. Siempre da pena ver que hay gente que no ha descubierto el porqué su vida. La desconocida protagonista de esta historia se ha obnubilado con un jardín bonito en su camino y se ha olvidado del camino y de la meta. El escritor podría haberla acompañado, pero no dependía solo de ella. Él tenía su itinerario y no la necesitaba. Y al final, no solo olvida su sentido sino que lo niega.

Lo voy a empezar a leer la próxima semana. Ya os contaré...

El más profundo deseo del hombre y de la mujer es el de ser amado. Sobre todo, bien amado.
Carta de una desconocida es un ejercicio de ensoñación con los ojos abiertos, visto desde el lado del hombre. ¿Qué podría desear un hombre? Amar sin compromiso alguno. Recibir el amor de una joven hermosa y generosa en un modo casi imposible.
Una joven hermosa que ama en silencio y sufre porque el ser objeto de su afecto ni siquiera se da cuenta de que existe. Camina a su lado, le busca, incluso se hace pasar por una prostituta por poder disfrutar unos momentos de su compañía. Las consecuencias, un hijo, serán sólo para ella.
Únicamente, a la muerte de ese hijo, retrato de su padre, que disfruta en silencio como algo para ella sola, se decidirá a escribir una carta confesándole su amor por él.
Novela breve, apenas 66 páginas, de romanticismo exarcebado. Nadie puede amar sin pedir nada a cambio. No sería justo. Bien es cierto, que en toda relación amorosa siempre uno entrega más que el otro, uno ama más o mejor que el otro. Pero el amor, en estado puro, de entrega absoluta, sólo es propio de Dios que se da sin que los hombres podamos corresponder con nada a cambio, pues nada tenemos que no se nos haya dado previamente.
Zweig atribuye esa sublime generosidad al amor de una mujer. La mujer, que es capaz de mayores sacrificios que el hombre, que habitualmente ejerce de parte generosa, no es capaz, sin embargo, de amar de un modo tan absoluto. Aunque lo intente. Porque aunque no pida nada material a cambio, siempre sentirá su corazón herido por la indiferencia, y ese dolor será lo que le termine por romper los nervios y ponga fin al silencio de su soledad. Numerosos casos nos muestra la vida. Mujeres que terminan por confesar la paternidad oculta de sus hijos, y reclaman para ellos algún tipo de compensación.
Zweig nos muestra en esta novela, los más íntimos secretos del corazón masculino. ¿Soñarán los lectores hombres un amor como éste?

Efectivamente es una magnifica novela corta. Impecable en su construcción. El drama que relata tiene algo de positivo, y es la fuerza impresionante del amor. Quizá en un mundo como el de hoy, lleno de infidelidades nos pueda hacer reflexionar, pero también tiene algo negativo y es la deseperanza "..ya no creo en Dios", dice la desconocida. Así y todo lo considero muy recomendable, porque además de ser auténtica literatura, hasta de las miserias humanas podemos extraer cosas buenas, si las sabemos analizar.

Novela corta pero magnífica en la que la "desconocida" tiene un amor obsesivo, próximo a la locura, por el novelista al que escribe la carta y que no ha dejado de querer en toda su vida.
Este amor se hace aún más doloroso ya que el amado ni recuerda ni corresponde; ni siquiera cuando la desconocida pasa una noche con él.
Apesar de esto y de la vida que lleva la desconocida para sacar adelante a su hijo, la novela está escrita con la limpieza y, por supuesto, con el ingenio y la intriga que caracteriza a este autor lo que anima al lector a leerlo de un tirón.
En la edición de Ed. Juventud de 1988 esta obra se completa con otros dos relatos aún mas cortos pero no por ello menos atractivos.
Uno es " Leporella" chica de ambito rural, fea, hombruna que casi no habla y que marcha a la ciudad donde gana el doble.
El otro es "El refugiado" en el que, en 1918, un pescador del Lago de Ginebra coge con sus redes a un náufrago desnudo y medio muerto.
Las tres obras reseñadas ocupan 112 pag.

Esta pequeña novela encierra la historia de una joven que un día se enamoró y se entregó a un artista, pero su entrega fue tomada por este hombre como una aventura más.

Pasados los años y tras el nacimiento de una nueva vida, la madre escribe una carta a un padre que desconoce que es padre y que desconoce hasta que punto ha sido amado por la joven que redacta esta carta.

Este pequeño relato nos muestra cómo el amor es algo que la persona alimenta, aún pasados los años y las situaciones, cómo permanece pese a los errores que la otra persona pueda cometer.

Zweig con su ágil estilo captura en un instante el interés del lector por medio de una sencilla historia desconocida para el que tenía que haber sido consciente de su protagonismo.