Clarissa es hija de un militar austriaco, estricto y celoso de su trabajo e investigaciones, un digno representante de la Imperio. Después de pasar por el internado habitual para señoritas, la joven conoce en Lucerna un joven francés de ideales socialistas del que se enamora.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2017 | Acantilado |
208 |
978-84-16748-38 |
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Las obras de Stefan Zweig
Las obras de Stefan Zweig raramente defraudan. Junto a grandes novelas y ensayos, destacan sus cuentos, relatos breves bien construidos, con personajes creíbles, en los que el autor vienés expone sus ideas humanistas. Los últimos años de su vida y las decepciones sufridas a raíz de la Primera Guerra Mundial y la tiranía nazi se reflejan de modo especial en muchos de sus escritos.
Clarissa es un ejemplo muy significativo de esta producción literaria. La protagonista, hija de un general del imperio austrohúngaro, pasa sus años de juventud en un exclusivo internado, en donde destaca precisamente por no llamar la atención en absoluto. Los acontecimientos políticos previos a la Gran Guerra la llevan a dejar el colegio y empezar a trabajar al mando de un médico y psicólogo, que tendrá una gran influencia en su vida y en sus decisiones. Durante un congreso de pedagogía en Lucerna conoce a un maestro francés, con quien vive su primer romance. El mismo día en que comienza la guerra se ven obligados a separarse.
Muchos de los cuentos de Zweig, y también este, concentran su intensidad en pocos episodios de la vida de sus protagonistas, dejando abierto el principio o el final. Es como si el autor no considerara necesario extenderse para expresar su mensaje. En esta «Novelle», como se llama en alemán a este género literario, se expone el choque de las ideas humanistas de algunos de sus protagonistas con la realidad destructura y banal de la guerra, de la que Zweig subraya sus aspectos más negativos. Muy recomendable.
Con indudable maestría y buen
Con indudable maestría y buen oficio, Zweig, presenta una historia peculiar; muestra una galería de personajes bien perfilados, diversos, con idiosincrasia propia, dejando jirones de una existencia a la que le falta la valentía de vivir con un contenido esperanzado.
De manera central plantea el tema del aborto, abordándolo con valentía y, aunque defiende y recomienda a la protagonista no abortar, no roza ni por asomo el argumento central: se trata de una vida indefensa a la que hay que defender, y de la que no se puede disponer arbitrariamente por egoísmo. razones de conveniencia familiares, sociales, etc.
Incluye también un alegato a favor del socialismo, un socialismo idealizado e irreal que la historia contemporánea se ha encargado de desmentir, mostrando su verdadera cara totalitarista, radicalmente diferente de la utopías y promesas que no se han hecho realidad.
En la contraportada de la edición castellana que se presenta, se apunta a que esta novela, recoge como un a modo de testamento póstumo. Aparte del buen novelar, el autor presenta una visión del hombre y la vida, carente de esperanza y, por tanto, de la alegría de vivir.
Una vida desperdiciada. Quizá
Una vida desperdiciada. Quizá sería el resumen. Queda una sensación de desorden vital que no se arregla. Pienso, incluso, si el autor no estará reflejando su vida, con mucho trabajo y poco sentido. Son los estropicios de la guerra. Se nos antoja que la vida de Clarissa habría sido fructífera y plena si no se hubiera interpuesto una tremenda guerra por medio. Hay personajes muy diversos y dispersos. Leonard es un enamorado de la enseñanza y admira a los maestros. El médico con quien trabaja Clarissa es un psicólogo que ve todo el mundo por un canuto, el padre de la protagonista es el ejemplo típico de cómo se puede ser nacionalista incluso a costa de familia, amistades y la vida misma. Y Brancoric un caradura consumado. Al final pocos se salvan.
Se aprecia que es una novela inconclusa. Las últimas páginas aparecen como escritas de un tirón. Es decir, están en un proceso en el que está casi todo dicho, pero sin perfilar, sin corregir. Y en cuanto al final, seguramente el autor no llegó a decidir como quería que terminase. Da unos cuantos bandazos y termina en una línea suelta e inacabada. En todo caso interesante por los personajes que surgen y por las situaciones de guerra poco conocidas por el lector. Leer artículo>>
Clarissa es hija de un
Clarissa es hija de un militar austriaco, estricto y celoso de su trabajo e investigaciones, un digno representante de la Imperio. Después de pasar por el internado habitual para señoritas, la joven conoce en Lucerna un joven francés de ideales socialistas del que se enamora. Juntos hacen un viaje por el norte de Italia disfrutando de sus paisajes y descubriendo una gran felicidad, aunque ya aparecen algunas intuiciones del difícil camino futuro, como es frecuente en las obras de este autor, con fuete tendencia al pesimismo, pues no en vano tuvo gran clarividencia para darse cuenta de la ruina de aquel Imperio, y de la decadencia de Europa.
El estallido de la Gran Guerra del catorce separa a los amanes, y Clarissa, que ha quedado embarazada, vuelve a Austria donde toma la decisión de tener y criar a un hijo del enemigo francés, con una historia que se va enredando, mientras sirve como enfermera de los heridos de la guerra. Tiene de positivo que la joven supera la tentación de abortar a su hijo, con la ayuda del buen profesor médico con el que trabaja desde hace tiempo. La novela no está acabada y el esbozo no parece suficiente siendo deudora de esa falta de esperanza y de fe real de gran escritor.
Zweig describe a los personajes con maestría llegando a los pliegues más profundos de los personajes sobre todo femeninos; y tiene la delicadeza y buen gusto de no exponer nada escabroso. Para algunos esta conmovedora novela tardía del autor es considerada como el testamento con los ideales humanísticos de un hombre con gran lucidez intelectual y notable sensibilidad.