Un niño de nueve años, aficionado a los juegos de magia, logra convertir a su hermana, con la que se lleva mal, en un conejo, pero tiene que devolverla a la normalidad antes de que sus padres, que están de viaje, regresen a casa. El argumento, sencillo y divertido, hace ver que la falta de diálogo provoca incomprensiones que se podrían evitar poniendo cariño en lo que se hace.