En lo alto de un acantilado se alza una fortaleza militar. Desde sus murallas, algunos soldados de la guarnición, enfermos de literatura, leen al poeta Francisco de Aldana ,"el divino capitán" que cabalga hacia su última batalla, mediante versos..., y contemplan con tanto deseo como repugnancia la próspera ciudad que se extiende a sus pies. Una ciudad que Parvus, el mesiánico patriota, el iluminado líder, el ambicioso político, proyecta transformar en capital de una flamante república que él presidirá y donde todos los ciudadanos tendrán sangre inmaculada.
Comentarios
Farsa irónica y clara del nacionalismo y sus ensueños de pureza de raza. Historias tragicómicas que se cruzan y enlazan, donde Parvus "el gran genio" es ensalzado hasta la ridiculez por sus amigotes y aduladores que, a su vez, le piden y obtienen cargos y gavelas que se reparten.
Grotescamente pone de manifiesto lo que piensan los "puros de raza", los seres superiores, de los gañanes del "llano", de los labriegos. Aunque de forma no muy distraida, refleja con gran ironía y realidad palpable el pensamiento del nacionalista.