Desayuno en familia

Amy Rosenblatt ha muerto. Casada, era madre de tres hijos, la mayor de seis años. Sus padres, Roger y Ginny, se mudan a casa de su yerno para ayudarle a cuidar de los niños. Roger es profesor de escritura creativa y describe la vida junto a sus nietos.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2012 Maeva
163
84-15120-36-0

Original de 2010.

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Lo primero que llama la atención en este relato es la imprevisibilidad de la muerte. Amy ha fallecido repentinamente a los treinta y siete años, de una malformación cardiaca que no le había sido detectada. A partir de la muerte de su hija, Roger encuentra a otros padres cuyos hijos han muerto pero nunca se lo habían dicho. Es como un secreto que sólo se comparte con los que sufren el mismo dolor.

En este libro comprobamos la importancia de la familia. ¡Qué hubiera sido de Harris, el viudo, de no tener unos hijos e incluso unos suegros en los que apoyarse! Harris y la fallecida Amy eran profesionales médicos, ella pediatra y él cirujano, pero no habían renunciado a tener una familia numerosa. Amy trabajaba sólo dos días a la semana para atender a sus hijos. Además cuentan con Ligaya, la niñera filipina que es un puntal para la familia. Ella les dirá: "No sois los primeros que pasan por algo así, y estais más capacitados que la mayoría para sobrellevarlo" (pág.13)

A raiz de la muerte de su hija, Roger ve la necesidad de ampliar su círculo afectivo. De pronto le importan sus sobrinos y otros familiares que conocía pero con los que no había tenido un trato personal. Comienza a preocuparse si sus hijos están de viaje o los nietos tienen fiebre, algo que nunca le había sucedido. Hay que dar amor mientras se pueda y a quien se pueda. En casa se han repartido las tareas que antes desempeñaba Amy. El encargo de Roger consiste en preparar el desayuno para toda la familia. Harris, su yerno, baña a los niños por la noche y les acompaña la cama.

Sin embargo es Ginny, la abuela, la que asume la mayor parte del trabajo. Acompaña a los niños a la parada del autobús del colegio, habla con las madres, anima a sus nietos a hacer las tareas escolares y repasa sus carteras. Sobre todo trata de ser una amiga para Jessie, su nieta mayor. El libro destaca la unidad familiar. Roger y Ginny se han cambiado de ciudad para ayudar a sus nietos, y Carl y John, hermanos de Amy, cierran filas alrededor de su cuñado y sobrinos. Celebran las fiestas y pasan las vacaciones juntos. Son la familia que todos desearíamos haber tenido.

Junto a lo anterior llama la atención la rebeldía religiosa de Roger. El es judío y Ginny episcopaliana, por lo que el matrimonio había tomado la decisión de educar a sus hijos lejos de cualquier confesión religiosa. Roger manifiesta su enfado con Dios en el que no queda muy claro si cree o no. Niega con sus palabras el Amor que cada día manifiesta con sus acciones. "Desayuno en familia" es breve y fácil de leer. Como todos los libros en los que aparecen niños tiene mucho de ingenuo.