De los tres primeros años de la Segunda Guerra Mundial, George Orwell nos dejó dos diarios escritos a mano, que más tarde fueron publicados por su esposa Sonia y que abarcan los períodos comprendidos entre mayo de 1940, agosto de 1941 y marzo-noviembre de 1942
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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1987 | Destinolibro |
240 |
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Más que un mero testimonio histórico, lo que se ofrece al lector es otra visión del conflicto, mucho más íntima, que permite comprender cómo se vivió en Londres, en lo cotidiano, aquella gran guerra que en las crónicas históricas aparece tan ajena y distante. Un poco a la manera foucaultiana, Orwell advierte que la gran política y los entramados de poder empiezan desde abajo. Que por grande que sea la distancia y la diferencia entre la cúspide y la base, siempre existe una relación, aunque pueda resultar ambigua e imperceptible para el observador común. Pero Orwell no es un observador común y así como no es casualidad que su gran testamento político, 1984, originalmente fuera a llamarse The Last Man in Europe, por lo alégorico de su personaje central, el común y corriente Winston Smith, en Diario de guerra 1940-1942 vemos cómo incluso estando inmerso en una guerra mundial que amenaza con acabar con Inglaterra, Orwell escruta los cimientos de la sociedad inglesa y no le agrada lo que ve.