Diario de invierno

A los sesenta y cuatro años el escritor Paul Auster piensa que va a introducirse en el invierno de su vida y se dispone a realizar un balance de la misma. Es un balance peculiar en el que llama la atención el cuidado que pone al relacionar y diferenciar determinados hechos que se han producido en ella de forma repetitiva. Así las viviendas en las que ha residido (21), países (2) más una época embarcado en un petrolero, matrimonios contraídos (2), barrios de Nueva York: Manhattan y Brooklin (2). De todos detalla sus características y la importancia que tuvieron para él. A lo anterior habría que añadir un análisis de su infancia y juventud; del matrimonio y genealogía de sus padres, pertenecientes a familias judías procedentes de Europa oriental; el relato y valoración de los dos matrimonios del autor y de un modo muy especial la vindicación de la figura de su madre.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2012 Salamandra
243
2013 Booket
224
978-84-322-1550

Colección: Biblioteca Paul Auster

Valoración CDL
2
Valoración Socios
4
Average: 4 (1 vote)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

1 valoraciones

4
Género: 
Tema(s): 

Comentarios

Imagen de enc

En algunas reseñas del Club del lector sobre las obras de Paul Auster se califica su prosa como "clara". No es sólo clara sino que habría que añadir la característica de la serenidad. El autor no omite los momentos dramáticos de su vida pero lo hace desde una perspectiva serena, casi ingenua. Él mismo es el interlocutor y destinatario de sus reflexiones, lo que hace que el libro carezca de diálogos. Actúa con libertad al utilizar los tiempos verbales (presente histórico, imperfecto e indefinido) lo que para mí es admirable. Una vez que Auster se ha ganado al lector se permite licencias que no utilizaría otro que no fuera un escritor consagrado. Ya hemos citado la costumbre de relacionar de determinadas circunstancias. Al tratar sobre la vida de su madre en los últimos años explica que tenía "miedo a las escaleras mecánicas, miedo a los aviones, a los ascensores, a conducir un coche, a acercarse a las ventanas en las plantas más altas de un edificio, a quedarse sola, a los espacios abiertos o a ir andando a cualquier sitio". Son miedos que padecen muchas personas y que podrían reducirse a dos o tres rasgos comunes, pero el autor no lo hace y nos invita a seguirle en esta contabilidad interior. En otro lugar se permite la humorada de incorporar al texto determinadas actas de la Comunidad de Propietarios de su edificio que han sido redactadas por su esposa, en una exhibición de síntesis y buen humor. No se nos dice el nombre de esta segunda esposa, solamente que también es escritora, de familia noruega y con que con ella ha sido feliz y ha tenido a sus hijos (2). Auster se acusa en determinado momento de carecer de sentimientos pero la novela derrama emotividad aunque él parezca no percibirlo. Lo más importante es la defensa que hace de su madre, que había sido desde siempre desahuciada por su familia política y que terminó divorciándose de su padre. Otra disgresión que se permite el autor y que sería difícil encontrar en otro lugar es la narración de la película "Con las horas contadas" (1950) para ilustrar lo que es el sentimiento de pánico, explicando al mismo tiempo lo que haría él en lugar del protagonista. Desde mi punto de vista la obra es excelente, pero no me extrañaría que no dijese nada a otros lectores ya que se trata de la vida corriente de un hombre corriente y cuenta muy poco o nada del aspecto literario de la misma. La única duda que suscita es la de si la ingenuidad que exhibe el autor es real o ficticia aunque yo me inclino por lo primero.