Docentes competentes. Por una educación de calidad

Parte del éixto de la educación escolar se apoya en la calidad de los profesores. Es cierto que las leyes son importantes, pero cada profesor en su tarea diaria tiene la posibilidad de enseñar y educar a un buen número de alumnos durante varias horas. No todo da igual. De hecho, todos recordamos con agradecimiento a un grupo de profesores a los que les debemos buena parte de nuestra formación, otro grupo que ojalá no lo hubiéramos conocido y una multitud de personas que han pasado por nuestra vida sin dejar rastro, al menos aparente. El profesor es una persona limitada, no está en su mano resolver todos los problemas que percibe, pero intentar hacerlo mejor cada día, sin agobios ni ligerezas es lo que puede permitir a un centro educativo pasar de la mediocridad a un buen trabajo y, sobre todo, a algunos alumnos concretos, el acierto de un buen maestro les cambia la vida.

Apoyandose en los datos resultantes de las pruebas PISA, que valoran los índices estimados de nivel escolar en los diversos países, los autores aportan su punto de vista para mejorar el sistema educativo y más en concreto la tarea diaria del docente. Siendo la labor que le ocupa más tiempo dar clase, no puede ignorar el resto de dimensiones de la persona. Del mismo modo, es necesario disponer de un contexto propicio para que la tarea escolar pueda llevarse a cabo con eficacia. Esas y otras cuestiones son las tratadas por estos dos docentes en el libro presente.