Este libro es una colección de cuentos cortos que manifiestan sensibilidad y sentido poético, y que tratan sobre objetos, plantas y animales que cobran vida, donde los conejos bromean y los erizos se disculpan, y sobre chicos simpáticos como Cho, el muchacho más ágil de todos los puertos del mundo. La autora tiene la capacidad de despertar sentimientos de amor a la naturaleza, de bondad y cortesía, del calor cordial de un regreso al hogar: ¨No había pisado tierra tan suave, que no cansara los pies, que reconociera los pasos, como la tierra de su casa. Porque en ningún sitio había respirado tan tranquilo ni había latido su corazón tan en calma como en su casa¨.