Dos niñas, muy amigas entre sí, deciden celebrar la noche de Walpurgis -fiesta procedente de la cultura germana precristiana- con un baile de brujas en el jardín de la casa de una de ellas. Esta celebración, no muy bien organizada, produce, sin embargo, el efecto de convocar a una bruja verdadera, que inicia a las dos aficionadas en la práctica de la auténtica brujería. La obra narra el proceso de dicha iniciación, que incluye vuelo en escoba, preparación de pociones, hechizos para que haga buen tiempo, etc. La autora muestra habilidad técnica para desarrollar una acción fantástica y variada, apoyada en hechos reales propios de la vida cotidiana, y escribe con su habitual estilo, sencillo, correcto e impregnado de humor, aunque la obra no figure entre las más brillantes de su extensa producción.