El alma y su cuerpo constituye un marco teórico capaz de hacer compatibles y ordenar de forma coherente los conocimientos aportados por la ciencia psicológica más actual y asentada. Conocimientos muy valiosos provenientes de distintas corrientes psicológicas y humanísticas encuentran en este libro la síntesis superior que les faltaba. Con El alma y su cuerpo se supera la atmósfera depresiva que impregna las ciencias humanas como fruto de la falta de unidad y congruencia de sus descubrimientos y teorías.
El alma y su cuerpo no es un cuadro sinóptico, no es producto de un sincretismo fácil. Representa un esfuerzo de integración, una aspiración arquitectural respecto de la ciencia del hombre. Es un libro sabio, porque «lo propio del sabio es ordenar» (sapientis est ordinare). Esta obra niega con hechos que el hombre haya muerto y con él nuestra posibilidad de comprendernos. Un libro que abre nuevas líneas para pensarnos, nuevos diálogos para romper con la babel que abruma a la psicología y a las ciencias que la acompañan sin atenderse mutuamente, desde las neurociencias a la antropología cultural y filosófica. (De la contraportada)
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El título evoca de manera directa la definición aristotélica de alma o principio animador de los vivientes como «acto primero de un cuerpo natural orgánico que tiene la vida en potencia». Tomando esta definición como bandera y leitmotiv de todo el trabajo, su autor supera radicalmente cualquier tipo de dualismo y subraya la unidad intimísima del ser humano, como auténtico sujeto de todas y cada una de las operaciones que realiza.
En tal sentido, y copio literalmente, «la vida psíquica del viviente aparece como unidad sinérgica con su biología, pero esta unidad se encuentra en el hombre social y culturalmente pautada y abierta por arriba a la trascendencia por virtud del espíritu, un espíritu que se presenta al análisis fenomenológico como profundamente encarnado» (p. 23).
Abelardo Pithot integra los avances más recientes de las distintas ciencias experimentales relativas al hombre con una visión filosófica del mismo, rigurosa, honda y certera. El resultado es una de las más logradas antropologías fundamentales escritas en los últimos años, llamada por eso a sustentar y vertebrar una multitud de estudios más específicos y particulares sobre el ser humano.