Uno de los dogmas fundamentales del cristianismo, sin el cual es imposible explicar nada, es el de la Creación. Todas las cosas han sido creadas por Dios de la nada. Es más, siguen existiendo porque Dios las mantiene en el ser. De no ser así se esfumarían. San Agustín escribió: "vemos las cosas porque son, pero las cosas son porque Tú las ves".
El mismo Obispo de Hipona recordaba que en todas las obras de la creación podíamos encontrar huellas (vestigia) de la Trinidad. La Biblia es elocuente al hablar de la gloria de Dios manifestada en sus creaturas: "El cielo canta la gloria de Dios, las estrellas proclaman la obra de sus manos", reza un salmo.
Sin embargo es posible que, para muchos cristianos, el mundo que nos rodea haya dejado de ser significativo. Es decir, que no vean en él un signo de algo más trascendente. Resulta curioso que mientras se agudiza la conciencia ecologista decaiga la contemplación de la Creación. Estamos lejos de san Francisco y su conmovedor "Cántico de las Creaturas".
Giovanni Merlotti viene, con este libro, a salvar ese vacío. Ve la Creación como el primer libro en el que Dios nos ha hablado. Por eso, a través de las criaturas podemos remontarnos hasta el Creador. Lo visible es signo del Invisible y, según san Pablo, sería necio quien, no sabiendo trascender lo material acabara divinizándolo.
El libro está muy elaborado. Cada capítulo es una verdadera fuente de información. Las citas, bíblicas, antiguas y modernas rebosan abundantemente. Ciertamente se trata de una obra trabajada y no del resultado de un impulso. Como libro de oración la información puede ser excesiva y puede dificultar la contemplación. Sin embargo, es una material impresionante para, después de leerlo, desgranarlo en múltiples meditaciones o contemplaciones. Igualmente, resultará muy eficaz para quienes preparen homilías, catequesis o retiros y no quieran quedarse en lo de siempre. Merlotti ahonda y la edición de este libro ha valido, ciertamente la pena. Con todo lo que dice tranquilamente podía haber alargado unas cien páginas más. Ha quitado la paja. Pero la sustancia, como siempre, es más difícil de digerir. Enhorabuena.