El Camino. Un viaje espiritual

Cuenta Hape Kerkeling en su libro sobre el Camino de Santiago ("Bueno, me largo", 2006), que muchos de los no-españoles que hacen el Camino lo hacen porque han leído los libros de Paolo Coelho (1987) o Shirley Maclaine. No tengo interés sobre el autor brasileño, pero quería conocer lo que había escrito la actriz norteamericana. Un fiasco. Mucha imaginación y pocas referencias al Camino. Después de leer el libro dudo de que lo hiciera a pié. Supongo que lo visitó, se documentó algo y a partir de ahí escribió un relato en el que desarrolla sus pensamientos sobre vidas anteriores, personajes reencarnados y espiritualidad New Age. Afirma haber sido acosada por la prensa y firmado autógrafos, pero si acudimos a internet no hay fotos ni noticias de la peregrinación, y el único dato periodistico es un breve de El País, de 4 de julio de 1994, en el que se informa que la actriz ha completado el Camino de Santiago. De nuevo sin fotos ni referencias comprobables. El País señala que ha ido acompañada de un vehículo de apoyo y de la consejera espiritual brasileña Anna Strong. Ambos datos aparecen en el libro muy modificados. Según la autora habría hecho el Camino sola desde Pamplona, y el vehículo sería de un voluntario, un tal José, con el que conectó en Villafranca del Bierzo y al que dió una propina al llegar a Santiago. Volviendo a internet, hay una página web que lleva por título "Apuntes de un desengañado por el Camino de Santiago". Afirma que los peregrinos que se encuentran en él son "espiritualistas" como los que se podrían encontrar en Machu Pichu o el Himalaya. "Aún no sé quien ha hecho más mal al Camino -concluye-, Paolo Coelho o Shirley Maclaine". Quiero hacer referencia a la peregrina norteamericana que fue asesinada cerca de Astorga en 2015. Hacía el Camino como lo aconseja Maclaine: sola, sin teléfono móvil y con dinero para una emergencia. Fue robada y posiblemente también agredida sexualmente. Maclaine da mucha importancia a la sexualidad en el Camino, pero por desgracia también advierte sobre locos y agresores sexuales, que en este caso demostraron ser reales. ¿Algo bueno en el libro? Dos veces utiliza la frase "la alegría como obligación moral". No está mal.