El clavo

Sin duda, lo mejor de Alarcón son sus cuentos, cuentos donde lo realista y lo mágico se funden anticipando el apogeo del género en el siglo XX. Efectivamente, se acercan al Romanticismo por ese velo misterioso y fantástico que los envuelve, aunque el costumbrismo de las descripciones es llamativo, y ahí está, insisto, el elemento que hace tan actuales, tan contemporáneos estos cuentos; esa mezcla de lo real-maravilloso, de la perfecta descripción de una alfombra o un tapiz iluminado por un rayo del atardecer con la monstruosidad de un niño que destroza la vida de una joven por una perversa idea consentida. ¿Existe la mujer alta o sólo en la imaginación del narrador? Si sus novelas se enmarcan en el realismo militante y mantienen una estructura, una arquitectura novelesca de gran pericia, sus cuentos tienen la virtud de sugerir, inquietar y poetizar.