Vuelve la magia y la ternura de Calpurnia Tate, tan curiosa como siempre. Callie Vee está decidida a pasar el año 1900 ampliando conocimientos sobre naturaleza con su excéntrico abuelo. Pero sus vidas se verán alteradas por un devastador huracán. Calpurnia y su hermano Travis ayudarán a un veterinario refugiado, el doctor Pritzker, que permitirá que Callie le acompañe en sus rondas.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2015 | Roca Editorial |
288 |
978849918636 |
Traducción de Santiago del Rey |
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Novela juvenil, entretenida y
Novela juvenil, entretenida y curiosa, tal y como sugiere el título de la obra. Se trata de la segunda parte de la famosa obra de J. Kelly “La evolución de Calpurnia Tate”: de nuevo, la protagonista, en primera persona, continúa narrando los acontecimientos más importantes que le suceden durante el año 1900, en el que cumplirá trece años. Entre estos sucesos destaca un hecho histórico que conmocionó al mundo y que marcará también la vida de los personajes en este relato: el 8 de septiembre de ese año, un huracán con vientos de hasta 215 km/h. (categoría 4) arrasó la ciudad de Galveston (Texas), que era la más importante del estado con su gran puerto marítimo. En esta catástrofe, murieron más de 8.000 personas y gran parte de la ciudad quedó destruida; hasta el día de hoy, es el desastre natural más mortal que ha azotado los Estados Unidos.
Junto a este cataclismo de magnitud insospechada, la narración se vuelve a centrar en la vida cotidiana de la familia Tate, en las anécdotas y peripecias que viven sus hijos, y en la figura reservada del abuelo, un científico naturalista, que despierta la vocación de Callie: “Yo soñaba con seguir los pasos del abuelo y convertirme en científica”. Mientras que en la primera novela, las plantas habían ocupado el lugar predominante en las investigaciones del abuelo y su nieta; en esta segunda parte, el centro de sus indagaciones y experimentos está en los animales, sus características, hábitos y costumbres. En esta misma línea, los conocimientos sobre la fauna de la zona, se completan con la predilección de su hermano pequeño Travis por diferentes y originales tipos de mascotas (un armadillo, un arrendajo, un mapache), y por la presencia del doctor Pritzker, un veterinario procedente de Galveston que se une a la familia.
En definitiva, de forma sencilla, divertida y amena, el lector (de muy diversas edades) puede acercarse al mundo de la ciencia y de la experimentación, así como a la vida cotidiana de una familia en los inicios del siglo XX, con sus dificultades y sus pequeños éxitos. Las preciosas descripciones de la naturaleza, del amanecer, de las diversas especies animales, así como las preguntas que se formula la protagonista, llena de curiosidad, y que anota rigurosamente en su cuaderno científico para consultarlas con su abuelo, alientan también nuestra curiosidad y provocan un mayor interés por el maravilloso mundo que nos rodea.