El eclipse de Dios

Ayllón aprovecha su amplia experiencia en otras publicaciones sobre el mismo tema para presentar de nuevo a literatos como Alexandre, Dámaso Alonso, Borges o Sábato; científicos como Hawking, Freud, o Darwin; y clásicos como Marx o Nietzsche. También nos encontramos con el cineasta Woody Allen. Sí, porque el ateísmo moderno tiene más éxito como escepticismo, amable y cínico a la vez, conquistando así parcelas amplias de la opinión pública, que no gusta mucho de reflexionar con argumentos.

Pero hay también un ateísmo beligerante que insiste en la racionalidad exclusiva de la ciencia empírica, y en la violencia de las religiones, generalizando los fundamentalismos violentos a todas. Entre otros, encontramos a los anglicanos Dawkins, Hitchens, y Harris; a ilustrados como el francés Onfray, muy empeñado en su empeño anticristiano. En esta parte, Conesa hace una síntesis de sus rasgos capitales: oposición entre fe y razón; criminalización de la religión; explicación naturalista del origen de las religiones; negación de la revelación divina, etc. Al final esboza algunos desafíos, que pueden resumirse en acrecentar el diálogo entre fe y ciencia, con respeto y humildad; en saber dar razón de la fe; o en purificar nuestra imagen de Dios.