En el año 532 a. C., el rey persa Cambises envió un ejército de cincuenta mil hombres a través del desierto occidental de Egipto para destruir el oráculo de Amor en el oasis de Siwa. A medio camino fueron alcanzados y sepultados por una tormenta de arena. Nunca más se supo de ellos. Y dos mil quinientos años después, el inspector egipcio Yusuf Jalifa investiga la aparición de un cadáver mutilado en las orillas del Nilo, en Luxor: el de un pobre albañil que traficaba con antigüedades. Otro asesinato, el de un anticuario en El Cairo, le pondrá sobre la pista de los hombres de Saif Allah, un grupo fundamentalista que sufraga sus actividades terroristas con la venta de piezas arqueológicas robadas. Mientras, Tara MulIray llega a Egipto en viaje de vacaciones y al llegar a casa de su padre, un egiptólogo británico, se lo encuentra muerto. Acude a la embajada, pero allí se muestran extrañamente interesados por las actividades de su padre. Poco después, Tara descubre que la están persiguiendo. Se encuentra con Daniel, un ex novio y también egiptólogo, que la ayuda a investigar. Ambos encuentran una tablilla con inscripciones que tenía escondida el padre de Tara, y al descifrarla les conduce a una tumba recientemente descubierta en el Valle de los Reyes: la tumba de un soldado que sobrevivió a la tormenta de arena, y que indica el paradero exacto donde estaría enterrado el ejército perdido de Cambises. Pero el que podría ser el mayor hallazgo arqueológico de la historia de Egipto puede acabar convirtiéndose en una trampa mortal para muchos. Cada uno por su lado, Jalifa y Tara irán adentrándose en un laberinto de intriga, fanatismo, política y violencia, que finalmente los lleva al desierto occidental y a la solución de uno de los grandes misterios del mundo antiguo.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2003 | Plaza & Janés |
464 |
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