¿Cómo era Josemaría Escrivá de puertas adentro? ¿Fijó su residencia en Roma por alejarse de Franco? ¿Cuál fue su relación con los judíos? ¿Influía en el Vaticano, o le consideraban un proscrito? ¿Daba consejos a los miembros del Opus Dei que se dedicaban a la política? ¿De qué hablaban en sus almuerzos privados Escrivá, fundador del Opus Dei, y Arrupe, general de los jesuitas? ¿Por qué tiene la Obra esa fuerza imparable? Este libro es mucho más que una satisfactoria respuesta a esos y a otros interrogantes. Con su riguroso periodismo investigador y su afilada intuición, Pilar Urbano afrontó la tarea de levantar la corteza del personaje, romper el cartón piedra del mito y dejarnos ver al hombre, al insospechado y desconocido hombre: «Alguien puesto en una escarpada disyuntiva: o era un santo, o era una rémora para su misión. Quizá por eso, Escrivá era a la vez un hombre en guerra consigo mismo y un hombre que... bailaba con Dios». La autora de Con la venia, yo indagué el 23-F, La Reina, Yo entré en el Cesid, Garzón, el hombre que veía amanecer y Jefe Atta –títulos que han sido fenómenos de ventas– afirma sin vacilar: «El hombre de Villa Tevere es el mejor trabajo de mi vida».
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2004 | Debolsillo |
560 |
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2008 | Editorial Planeta |
538 |
978-84-08-07944 |
Subtítulo: Josemaría Escrivá puertas adentro Colección: Planeta Testimonio |
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Vamos a decir que todavía no se ha escrito una biografía completa de San Josémaría Escrivá. Ello se debe a que su vida fue una vida dedicada a la Iglesia a través del servicio al Opus Dei. Sería necesario tratar simultáneamente ambas cuestiones, San Josemaría y la Iglesia de su tiempo, de forma que pudiéramos recordar al santo, alegre pero dolorido, de los últimos años, que muchos tuvimos ocasión de conocer. Pilar Urbano se pregunta, como muchos hemos hecho alguna vez, qué hizo San Josemaría los treinta últimos años de su vida, encerrado en un edificio en Roma, Vila Tévere; cómo pudo cumplir la voluntad de Dios y extender su Obra por todo el mundo sin apenas moverse de la Ciudad Eterna. Es posible que nos fascine más esta época de su vida que su juventud sacrificada, rodando por la España de aquellos años. Puede que al libro de Pilar le falte algo de unidad -habría que dedicar toda una vida al estudio de la vida del santo para lograrla- pero aun así encontramos en él estampas hermosamente pintadas.
Hace ya bastantes años que leí este libro. Por lo que se ve lo han vuelto a editar. De entre todas las biografías publicadas (creo que si no he leido todas si la mayoría) esta es la peor con diferencia. En general los libros de Pilar Urbano tienen dos problemas: el primero es la total superficialidad de su narrativa, y el segundo la absoluta falta de análisis crítico de sus libros. Esta biografía de San Josemaría es un vivo ejemplo de ambas cosas. Por lo demás, no hay nada en este libro que no hubiese sido narrado ya en obras anteriores, es decir, no aporta nada, ni análisis, ni hechos, ni profundidad en las descripciones: una auténtica pérdida de tiempo.
La periodísta Pilar Urbano se acerca a uno de los santos de mayor proyección universal del siglo XX. Es difícil captar con profundidad la mirada de un santo, la hondura de su pensamiento y la riqueza de su corazón. Saltando esquemas y moldes de las biofrafías clásicas, la autora busca penetrar en el alma, como un artista que realiza un cuadro. El resultado es magnífico, aunque siempre se quedarán cortos estos intentos.