El juego de Ender

Como novela de ciencia ficción está muy conseguida;  la trama muy bien urdida, los diálogos trepidantes, y la acción mantiene el interés de la narración. Desarrolla un tema de ficción interesantísimo que acapara toda la atención del lector.

Sin embargo, adolece de casi todos los inconvenientes  característicos de las narraciones de ficción actuales, presentando un nivel bajo de los criterios deseables para la formación de la juventud y, de los no tan jóvenes, pues su interés también capta a los mayores. Los protagonistas son niños llamados a salvar el mundo, a los que se manipula desde su nacimiento e, incluso antes, realizado una selección previa; la formación es paramilitar sin esperar siquiera a la adolescencia; se busca formar a los mejores soldados aún a costa de violentar no solo su infancia sino también su posterior desarrollo como personas.

La sociedad avanzada en la que se sitúa la acción  presenta una falta de valores morales que no pasa inadvertida; y precisamente son los protagonistas-niños los que llevan a cabo la salvación de la humanidad, tanto en el ámbito interestelar (argumento central), como garantizar la paz mundial en nuestro planeta.

Los protagonistas presentan una serie de valores humanos, desarrollados paramilitarmente y supeditados a la misión para los que se les prepara: una guerra interestelar, en la que la conciencia personal está poco desarrollada y un tanto adormecida.

Con todo, la novela es interesantísima desde el punto de vista de la ciencia ficción y, teniendo presente lo anteriormente señalado, es de lo mejorcito escrito en su género. Entre el público joven causa furor. ¿Recomendable? Es lo que hay.