Olga salió de su aldea natal en Rusia a los 11 años, y tras pasar por varios países se afincó en Argentina, llevando una vida de renuncia para salir adelante. La obra plasma la dura existencia de una familia que conserva los valores a pesar de las dificultades. Las emociones y sentimientos se reflejan con gran acierto, a la vez que se anotan hechos históricos reales.