El libro de las ilusiones

El protagonista escribe un libro sobre un actor de cine mudo a quien supone ya muerto. De pronto recibe una invitación a conocer al personaje que, anciano y enfermo, está a punto de morir.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2003 Anagrama
338
84-322-2086-9
Valoración CDL
1
Valoración Socios
2.166668
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Género: 

Comentarios

Imagen de almudena

Esta obra carente de imaginación ya que se contruye sobre la base de dos temas bien conocidos por él autor:Dupin y el cine mudo. Auster trató de trabajar en el cine en 1967, al suspender el examen de ingreso al IDHEC, se dedicó a escribir guiones para películas mudas que nunca se rodarían. Este es el material empleado en esta obra. Aparecen todas las características de sus libros. Un protagonista que sufre una desgracia y se aisla del mundo, perdiendo todo tipo de principio moral, del carecen el resto de personajes. Una narración muy imaginativa (tal vez apoyada en las “Crónicas de Ultratumba”) de un personaje ficticio. Escritores que son personajes del libro y al final el protagonista como autor. Un personaje que desaparece y tras unos años gastados en “nada” vuelve a resurgir. Una trama buena, un estilo ágil, unos personajes complejos y una gran dosis de nihilismo. No en vano Auster se considera atrapado por la influencia literaria y existencial de Beckett y Kafka.

Imagen de oscar pons

Obra maestra. Literatura de altos vuelos. Gran imaginación. Historias dentro de historias a cual mejor.

Imagen de Germán

Yo estoy de acuerdo con lo que dice acabrero. Si en la literatura quitamos los contenidos estaríamos ante palabras huecas y sin sentido. Si lo que refleja toda la historia es un cúmulo de desordenes, no me parece que pueda recomendarlo a nadie. Para mi la literatura es algo más que palabras bonitas.

Imagen de acabrero

Es indudable que Auster escribe muy bien. Pero de este libro es lo único positivo que puedo decir. Me parece un libro inmoral de punta a cabo. Inmoral la actuación del protagonista -eso sí, con la máxima naturalidad-, totalmente inmoral la vida del supuesto director de cine; inmoral el autor trayéndo aquí y allá descripciones obscenas. En este caso no se puede decir que no vienen a cuento, porque si que vienen a cuento. Toda la historia es un sin sentido de vidas desordenadas. Y la trama final de un cineasta que hace películas para que no las vea nadie pues me parece un absurdo increíble. Creo, sinceramente, que es un libro que no dice nada aprovechable.

Imagen de cdl

David Zimmer es un escritor que ha perdido a toda su familia en un accidente de aviación. Una escena de película muda de Héctor Mann le arranca una carcajada después de seis meses sumergido en un delirio de alcohol y depresión que le ha llevado al borde del suicidio. Decide escribir sobre las películas de este cómico y luego, al ir desentrañando los misterios de la vida de Mann, cuenta la vida completa del actor en un segundo libro, El libro de las ilusiones. David narra desde el presente, en primera persona, su propia biografía desde el accidente familiar y va alternando, en tercera persona, el relato de la vida de Héctor, que ocupa la mayor parte de la novela.
A Héctor se le da por desaparecido desde hace más de cincuenta años. Después de un truculento episodio de celos, locura y accidente, había decidido comenzar una nueva vida. A unos meses de degradación moral y sexual le sigue una nueva esperanza de felicidad gracias al amor y a su pasión por el cine. Héctor es un prototípico héroe austeriano: magnético, torturado, lleno de matices, original y sorprendente, conmovedor en su exageración, con un pasado con secretos. Auster vuelve a brillar en los terrenos que domina: una historia que atrapa desde el principio, un retrato psicológico completo y denso al que se va accediendo poco a poco, un estilo sencillo y perfecto.
Como es frecuente en el escritor norteamericano, sus historias se alimentan de personajes y ambientes que conoce bien por experiencia: profesores universitarios, escritores y cineastas. Héctor, como Auster,es judío, y esta condición adquiere cierta importancia en la novela, algo que no ha sido frecuente hasta ahora. Como siempre, Nueva York es ámbito espacial protagonista (aunque no exclusivo).
Auster vuelve a emplear su habilidad cervantina de insertar historias en la historia principal, esta vez sirviéndose de los argumentos de varias de las películas de Héctor. Una de ellas y un episodio de la vida del cómico dan pie al escritor a incluir unos pasajes de alto contenido sexual. Se trata de un elemento habitual en las novelas del autor: cuando sus personajes tocan fondo (o quizás es al revés) siempre hay consecuencias en este terreno.
Auster enfrenta a los protagonistas a paradojas como la del personaje que afirma que